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El Gobierno argelino derribará las mezquitas piratas

Todas las mezquitas piratas de Argelia serán derribadas. Así lo ha anunciado el ministro de Asuntos Religiosos, Sasi Lamuri, convertido desde hace unos meses en uno de los principales arietes de la lucha contra el integrismo islámico. "Todas las mezquitas deberán estar homologadas y recibir la autorización del Gobierno", ha afirmado con rotundidad el ministro al evaluar la ofensiva antintegrista impulsada desde su Gabinete.

Lamuri ha justificado su decisión con argumentos teológicos al asegurar que "el mismo profeta ordenó la destrucción de una mezquita edificada por un grupo de hipócritas que intentaban dividir a los musulmanes".Sasi Lamuri, de 53 años de edad, padre de nueve hijos, es un profundo conocedor del islam y no en vano es imam en excedencia y dirigió durante algunos años una mezquita de Argel. Lamuri es además licenciado en Filosofía y titular de la cátedra de Psicología de la Universidad Central. Durante la guerra de liberación ostentó el grado de subteniente del Frente de Liberación Nacional (FLN) y fue condenado en tres ocasiones a penas de 10 años de prisión por el Ejército colonial francés.

Su ministerio se ha convertido en uno de los arietes de la lucha contra el integrismo. Lamuri viajó hace pocas semanas a Egipto, donde negoció y coordinó una ofensiva árabe contra el integrismo islámico.

La decisión de Lamuri de derribar las mezquitas piratas es una amenaza directa al Frente Islámico de Salvación (FIS), que ha venido en los últimos años abriendo templos alternativos o libres en los barrios periféricos de las ciudades para hacer así frente a la falta de centros oficiales. Muchos de estos locales son simples almacenes o garajes que carecen de las mínimas condiciones de seguridad, pero que facilitan el control y la difusión de las doctrinas integristas propagadas por el FIS. Para Lamuri, las mezquitas piratas son verdaderos nidos de fanáticos.

La ofensiva del Gobierno contra las mezquitas integristas y las plegarias multitudinarlas de los viernes empieza a dar sus frutos. Han desaparecido las grandes concentraciones habituales en los últimos años.

La última operación político-religiosa contra los templos integristas se desarrolló el pasado viernes 25 de diciembre en Argel. La policía asedió la mezquita de Essafir, en el barrio de Sustara, en la alcazaba. Según el periódico Le Matin, numerosos jóvenes fueron detenidos. Un despliegue similar se registró en los alrededores del templo de Apreval, cerca de Kuba, en cuyas cercanías se registró hace unos días un atentado contra cinco policías. Ayer se supo que dos policías y un integrista murieron en enfrentamientos habidos el jueves y el viernes pasados en dos incidentes ocurridos.

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