'Tener o no tener'
Me pregunto cuántas personas a favor de un aborto libre coincidirán en que el planteamiento que procede a la hora de tener hijos es el de sopesar las posibles ganancias o pérdidas obtenidas con ello, llegando incluso a analizar estas últimas desde un simple punto de vista económico. No puedo, o más bien no quiero, creer que el ser humano considere a sus semejantes como meras mercancías de trueque, con las que obtiene pérdidas o beneficios. En estos momentos hemos llegado a la situación en que el amor hacia el prójimo ha dejado de ser benevolente para pasar a ser totalmente concupiscente, es decir, un amor egoísta a través del cual vaticinamos virtuales beneficios. Ya no queremos hijos, sino que los utilizamos para satisfacer nuestra necesidad maternal o paternal: este hijo es mío en cuánto que yo lo quiero, en cuanto que yo lo deseo; sin embargo, en el momento que no lo desee tener, puedo quitarle la vida, ya que para mí no tiene ninguna utilidad.Este planteamiento puede parecer frío e incluso mórbido, pero lo triste es que no se aleja lo más mínimo de la realidad, según ha querido demostrar algún articulista criticando las declaraciones de Setién. Esas críticas cojean por varias razones, pero quizá la más grave es la de afirmar que el ser humano, libre por naturaleza, carece de esta libertad en el momento de su concepción. Y sigo preguntándome: ¿es que existe algún momento en nuestra vida en el que dejamos de ser personas? Por otro lado, me parece totalmente patético que un padre quiera delegar la entera responsabilidad que supone tener un hijo a la madre, teniendo en cuenta que, por supuesto, ese hijo no ha sido engendrado por gracia divina, sino con su absolutamente necesaria y responsable colaboración.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.