El Gobierno acusa al PP de irresponsable y le considera un obstáculo para la gobernabilidad

González no quiere que discrepancias internas entorpezcan la estrategia establecida hasta las próximas elecciones, una campaña en la que él será principal protagonista. Los socialistas arremeterán incesantemente contra el PP como parte esencial de esa estrategia, aunque reconocen que todavía no han encontrado "el mensaje positivo" a trasladar a la sociedad y que acompañe al de la construcción europea.El secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, había manifestado, antes de conocer las acusaciones gubernamentales, que los socialistas "están en la estrategia del miedo", en lugar de dedicarse a buscar soluciones a los problemas de España.

Subiendo un nuevo peldaño en la escalada de ásperos enfrentamientos entre Gobierno y oposición, iniciada el martes en el Congreso por Felipe González y José María Aznar, la ministra portavoz del Ejecutivo, Rosa Conde, descalificó ayer al PP, al término del Consejo de Ministros, acusándolo de estar "instalado en la irresponsabilidad". Aunque la ministra habló inicialmente de "un sector del PP", sus referencias posteriores se extendieron de forma inequívoca a todo el partido.

Según Conde, el Ejecutivo está preocupado porque "un núcleo importante del PP se ha instalado en la irresponsabilidad". La ministra puso como prueba que los representantes populares siempre hacen descalificaciones globales, sin aportar alternativas. "Nunca especifican", agregó, e invitó a los ciudadanos a comprobar cómo el PP descalificará en su conjunto el proyecto de Ley de Arrendamientos Urbanos, aprobado ayer por el Gobierno, "sin decir qué solución alternativa darían".

Conde se refirió a las declaraciones del jueves de González sobre la pérdida de credibilidad propia y de su Gabinete y las calificó de obvias, aunque derivó la situación de deterioro desde el Gobierno y el partido socialista al conjunto de las instituciones. "Las encuestas reflejan el deterioro de la vida política", dijo, "y por eso es mayor nuestra preocupación por esa irresponsabilidad del PP".

"Algunos rasguños"

[Al margen de la portavoz, sólo un ministro reaccionó pública mente a las afirmaciones de Gónzalez. El titular de Exteriores, Javier Solana, dijo ayer en Bruselas que el Gobierno no está perdiendo la credibilidad, sino que "después de 10 años tiene algunos rasguño?, informa Efe.]

Sobre la reunión socialista del miércoles, miembros de la ejecutiva del PSOE admiten que en la última reunión de este órgano se habló por primera vez de la delicada situación en que se halla el partido a causa de las acusaciones de corrupción. Escasas voces llamaron la atención sobre "los errores" cometidos en las respuestas ofrecidas para hacer frente a las actuaciones del juez del caso Filesa, Marino Barbero. Estas voces críticas extendieron sus reproches a otras actuaciones de la cúpula del PSOE en cuanto a la transmisión de mensajes.

Los interlocutores consultados, que prefieren omitir los nombres de los discrepantes, señalan que González les respondió un tanto airado y recomendó que en torno a este asunto la unidad debía ser absoluta. González hizo unas reflexiones un tanto amargas de lo ocurrido en este país en los últimos años y consideró una paradoja que los gobiernos democráticos no, hubieran pasado factura a la corrupción habida en el franquismo y que ahora pudieran pasar los socialistas a la pequeña historia de este país por corruptos. González señaló que no estaba dispuesto a tolerar esa situación.

Quienes habían sacado a colación posibles errores, apuntando a los secretarios de organización, Txiki Benegas, y de Finanzas, Francisco Fernández Marugán, quedaron un tanto sorprendidos por la respuesta de González, ya que tenían constancia de que el presidente en alguna ocasión había sido crítico.

González, efectivamente, hace unas semanas criticó a Benegas por haber enviado a los presidentes del Congreso y del Senado sendas solicitudes de amparo para su partido por las actuaciones del juez Barbero, iniciativas que no tuvieron efecto alguno. González creyó desde el primer momento que esas cartas no debían haberse, enviado. Una vez ocurrida esta situación, el secretario general del PSOE, Felipe González, ha considerado, según miembros de la ejecutiva, que bastantes dificultades tienen ya como para añadirlas desde la propia casa.