González y Aznar se acusan mutuamente de no defender suficientemente los intereses españoles
El presidente del Gobierno, Felipe González, y el líder del Partido Popular, José María Aznar, se acusaron mutuamente ayer en el Congreso de no defender suficientemente los intereses de España. Al comenzar el debate parlamentario sobre los resultados de la cumbre europea de Edimburgo, Aznar pidió a González que se concentre más en los problemas internos que en la unión europea. González cerró la sesión con una durísima acusación a las declaraciones del líder del PP el sábado, pues, según el presidente del Gobierno, torpedearon las negociaciones de la delegación española ante los Doce.
El debate parlamentario sobre la cumbre europea de Edimburgo tuvo sus momentos más tensos en las referencias a las declaraciones que José María Aznar realizó el sábado por la mañana en Madrid, en las que éste calificó de "pedigüeño" al Gobierno español en el día clave de unas complejas negociaciones que se resolvieron de madrugada.Aznar no repitió ayer tal calificativo. A cambio, pidió al jefe del Ejecutivo que concentre más sus esfuerzos en los problemas internos de España, como la crisis económica o el paro, y menos en el complejo proceso de unidad europea. Aznar llegó a decir que el fondo de cohesión conseguido por España y presentado como uno de los éxitos de la cumbre de Edimburgo, no supera la quinta parte del coste del AVE.Felipe González acudió a las cifras para demostrar que no se puede llamar "chocolate del loro" -lo, había dicho Antonio Romero de IU- a un fondo de cohesión de 2,12 billones de pesetas en siete años. España recibirá más de la mitad de esa cantidad y a este dinero se añadirá la duplicación de los actuales fondos estructurales que benefician a las regiones menos desarrolladas.CohesiónLos fondos logrados, añadió González, están muy lejos de la oferta que realizó la presidencia británica, que ha encabezado la CE durante el semestre que ahora termina. Significan, por ejemplo, que España recibirá bastante más dinero de la CE del que obtiene ahora desde el próximo año y que ese saldo a favor seguirá aumentando en términos absolutos y relativos hasta 1999.El fondo de cohesión es un paquete de ayudas adicionales para los países que no alcanzan el 90% de renta media comunitaria y que se ha creado a instancias de la Presión del Gobierno español, según han destacado este fin de semana las delegaciones de los demás países y la prensa internacional. La creación de este fondo se acordó en Maastricht pero faltaba lo más relevante, saber cuál sería su cuantía y cuándo se pondría en marcha. Estos dos puntos han sido precisados en la cumbre de Edimburgo.
Aznar eludió en sus intervenciones los resultados del pasado fin de semana en Edimburgo, aunque sí dijo que "los fondos de cohesión no son la solución que conviene a los problemas de España". El líder de la oposición conservadora añadió que "el mercado interior comienza en medio de un gran fracaso económico y político". A pesar de estas críticas, Aznar reconoció que la cumbre comunitaria de Edimburgo se enfrentó a "incertidumbres excepcionales que empezaron a gestarse en Maastricht", para aceptar, nunca de forma explícita, que éstas se han resuelto.
[Poco antes de comenzar el debate -según informa Servimedia- el portavoz del PP en el Congreso, Rodrigo Rato, se preguntó: "¿Hasta qué punto nuestra integración económica en la CE está siendo contraria a nuestros intereses?". Para Rato es "imprescindible" que el Gobierno abandone su "fiebre europeísta".]
Esos intereses internos se cumplirían, según Aznar, si España, en sus relaciones con la CE, "traza el límite de lo que no debe en ningún caso traspasarse en las producciones agrícolas, en la estructura industrial y en nuestro sector pesquero", aunque el líder popular no especificó hasta dónde estaría dispuesto a llegar, pues buena parte de esos límites están sellados en la integración española a la CE. Aznar añadió que "es imprescindible definir el ritmo y velocidad que España puede asimilar en el proceso de unidad monetaria" aunque evitó pronunciarse a favor de un abandono en el objetivo de incorporarse a la unión monetaria.
Aznar no replicó a la exposición de González sobre el contenido de los acuerdos de la cumbre, quizá porque traía su intervención por escrito. En ella, el presidente del Gobierno reconoció que "hay un diagnóstico común de la situación de crisis que atraviesan los Doce".
Después aseguró que no hay margen en las políticas fiscal y monetaria, y que esto hace más necesario acometer las reformas estructurales necesarias, cuando en Edimburgo se ha destacado que la principal es aumentar la flexibilidad del mercado de trabajo.
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