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Prima y Urbanor presentan suspensión de pagos con un pasivo de 159.000 millones

La crisis de Grupo Torras ascendió ayer un peldaño más cuando las empresas Prima Inmobiliaria, de la que Grupo Torras tiene oficialmente el 32% del capital, y su filial Urbanor presentaron la suspensión de pagos ante los juzgados de Madrid. El pasivo declarado por las dos empresas alcanza los 159.000 millones de pesetas. Con esta nueva suspensión -tras la de Ercros, Industrias Burés y el mismo Grupo Torras-, el pasivo reconocido por todas las sociedades asciende a casi 600.000 millones de pesetas, una cifra astronómica que da idea de la magnitud económica de esta crisis.

La suspensión de pagos de Prima Inmobiliaria y Urbanor es una consecuencia inmediata de la admisión por el juez de la suspensión de Grupo Torras principal accionista de Prima y a cuya hipotética aportación de nuevos fondos se había encomendado el futuro de estas sociedades inmobiliarias. Fuentes ejecutivas de la sociedad manifestaron que tras la suspensión de pagos de Torras "la situáción era muy dificil y no había ninguna fuente de financiación alternativa, tras la inhibición del accionista y el temor de la banca por la crisis del grupo".Precisamente, la primera consecuencia de la suspensión de pagos de Torras ha sido el fracaso de la venta del principal activo de Urbanor, las torres de la Puerta de Europa en Madrid, operación para la que se había alcanzado un principio de acuerdo con la Caja de Ma drid por un importe de 39.000 millones de pesetas. Según las fuentes antes mencionadas, la entidad financiera optó por no formalizar la compra por el temor a que los problemas financieros del holding repercutieran sobre los activos de todas las empresas del grupo.

Principal accionista

Además de todo eso, Prima desconoce quién controla su capital. Torras afirma poseer sólo el 32%. Javier de la Rosa, ex representante de KIO en España, le atribuye otro 40% adicional que el grupo árabe no reconoce. El financiero catalán afirma ahora, después de haber manifestado públicamente lo contrario, que él nunca fue propietario de acciones, sino simple tenedor. El resto del capital está repartido entre el grupo papelero Sarrió, que posee el 6%; Juan Gómez Hall, primer ejecutivo de la empresa, y un importante paquete que cotiza en Bolsa.

A pesar de su compleja situación, Prima había intentado evitar el camino de los juzgados y ya estaba en negociaciones con la banca acreedora, que mantenía una actitud de espera a pesar de que la empresa inmobiliaria había tenido problemas financieros desde los primeros días de este año. Como en el resto de las empresas de Grupo Torras, uno de los problemas esenciales ha sido el excesivo recurso al endeudamiento bancario, impulsado por el boom de precios del sector inmobiliario, cuyos costes resultaron insoportables cuando se paralizaron las ventas.

Según los datos depositados por los responsables de Prima en el Juzgado número 50 de Madrid, la sociedad tiene un pasivo total de 97.000 millones de pesetas y un activo cercano a los 90.000. De esta cantidad, 36.600 millones se adeudan a los bancos (5.000 millones a La Caixa; a Caja Madrid 3.000 y al Santander 3.500), 5.000 a Grupo Torras y 12.000 a la filial Urbanor. El capital y las reservas suman 36.600 millones.

Urbanor, por su parte, ha acudido con sus libros al Juzgado número 11 y el pasivo reconocido suma 62.000 millones con una deuda bancaria de 16.000 millones, de la que la mayor parte, 13.500 millones corresponde a la Caja de Madrid. El principal activo de Urbanor son las Torres de la Puer ta de Europa, en Madrid, cuyas obras se encuentran ralentizadas por las dificultades finan cieras de la empresa. Precisa mente UTE-Conycon, princi pales constructoras del proyec to, aparecen como acreedoras de 5.000 millones.

Las relaciones financieras entre Prima, Urbanor y su principal accionista, Grupo Torras, contienen un cierto nivel de complejidad. Esta situación ya se puso de manifiesto cuando las empresas químicas del holding de KIO, Ercros y FESA-Enfersa, presentaron sus respectivos expedientes, y más recientemente en el propio Grupo Torras, en el que el principal acreedor, KIO, es también el principal accionista (véase EL PAÍS de ayer).

Según los ejecutivos de Prima, la sociedad mantiene una deuda de 5.000 millones de pesetas con Torras, aunque al mismo tiempo la inmobiliaria ha iniciado un proceso de reclamación contra su accionista por 9.000 millones, correspondientes a las "pérdidas generadas por las compras de inmuebles de Ercros impuestas por el accionista mayoritario". Los activos mencionados fueron adquiridos por Prima en el año 1989 por un importe global de 23.000 millones. Ahora Prima aduce pérdidas en las posteriores reventas de esos inmuebles.

Para la banca acreedora la suspensión de pagos de Prima es una mala noticia, aunque ya prevista. En cualquier caso, y a diferencia de la gran banca extranjera, que ha preferido que sus créditos con Torras estuvieran garantizados directamente por KIO, la banca españóla tiene establecidos préstamos hipotecarios. Según fuentes jurídicas, si la banca lo decidiera así, podría reclamar inmediatamente la ejecución de esas hipotecas y pasar a ser el virtual propietario de Prima. Fuentes bancarias consultadas opinan, sin embargo, que la banca sólo recurrirá a una solución así en un caso extremo, puesto que no tiene intención de entrar en estos momentos en el negocio inmobiliario.

En el año 1991, KIO pagó una parte de la oferta pública de adquisición (OPA) que lanzó sobre Grupo Torras con acciones de la sociedad inmobiliaria. La empresa fue fundada por Juan Gómez Hall y Alfonso Cortina, actual vicepresidente y consejero delegado de Portland Valderrivas.

Ambos ejecutivos mantenían una estrecha relación con Alfredo Fraile, asesor de imagen de Javier de la Rosa y miembro de varios consejos de administración en nombre del financiero catalán.

Durante los últimos meses y con objeto de hacer frente a su dificil situación financiera, Prima ha vendido varios inmuebles y proyectos. Una de las ventas más importantes ha sido la de Guadalmina a la sociedad Grand Tibidabo, presidida por Javier de la Rosa, por un importe de 8.000 millones de pesetas. Prima también tiene una opción de compra por 2.461 millones, de unas naves industriales en Coslada que previamente había vendido a Grand Tibidabo. Esta opción vence en noviembre de 1995.

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