Guillermo, o la ruptura de la línea de sucesión

Las probabilidades de que Guillermo de Gales, el primogénito del príncipe Carlos y de la princesa Diana, rompa la línea de sucesión a la Corona británica adquirió ayer una fuerza insólita. Pocos aceptan hoy que la separación de los Príncipes de Gales se traduzca tan sólo en la salida de Carlos del palacio de Kensington o en el reconocimiento público de las vidas separadas que los cónyuges llevaban.Por el contrario, la opinión más extendida apunta hacia la solicitud del divorcio en un plazo de dos años. De cumplirse esta premisa, el príncipe Carlos podría verse obligado a renunciar el trono en favor de su hijo, Guillermo. A sus diez años de edad, el príncipe amenaza con suplantar el puesto de su padre en la línea de sucesión a la Corona.

Por otra parte, dada la longevidad mostrada por las mujeres de la casa de Windsor (la reina madre disfruta de buena salud a sus 92 años de edad) y la negativa de la reina Isabel a jubilarse, el cambio de monarca podría retrasarse hasta que Guillermo alcance la mayoría de edad.

Interno en un colegio privado -sus tarifas superan las 400.000 pesetas trimestrales- junto a su hermano Enrique, de ocho años, el primogénito de los Príncipes de Gales mantuvo una conversación con su padre de 40 minutos de duración, media hora después del anuncio público de la separación. Según fuentes del palacio de Buckingham, tanto Carlos como Diana querían difundir la noticia antes de las vacaciones navideñas, que comienzan este fin de semana.

La educación de Guillermo y Enrique será supervisada por igual por sus padres, pero los niños pasarán la mayor parte de su tiempo libre junto a Diana en el palacio de Kensington, en el centro de Londres. Carlos, por su parte, los recibirá en su mansión del condado de Cornualles durante algunos fines de semana. Los planes previstos para estas navidades no han sido dados a conocer, pero se espera que tanto Diana como sus dos hijos se reúnan con el resto de la familia real durante los días claves de las fiestas navideñas.