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Crisis en la principal televisión francesa al fracasar un código interno contra la corrupción periodística

El debate deontológico desencadenado en la prensa francesa por el denominado escándalo de los regalos ha provocado una grave crisis en TF-1, la principal cadena de televisión privada de Francia. Michelle Cotta, directora de sus servicios informativos, acaba de dimitir al fracasar su objetivo de promover un reglamento interior que fije los límites éticos del trabajo periodístico. Es un triunfo del presentador Poivre d'Arvor, cuestionado por aceptar fastuosos viajes de un empresario. Raymond Barre ha propuesto la creación de un comité de ética independiente de informadores y políticos.

Alternar en cenas y fiestas con el presentador Patrick Poivre d 'Arvor, más conocido como PPDA, y otras estrellas de la radio y la televisión francesa era la gran atracción reservada a las personas que pagaban 10.000 francos mensuales por pertenecer al Happy Few Club (el Club de la Minoría Feliz) fundado por Pierre Botton, empresario farmacéutico de Lyón y suegro de Michel Noir, el alcalde de centro-derecha de esa localidad. Es uno de los elementos que han surgido a la luz con motivo de la investigación judicial de las acrobacias contables de Botton.La historia del Happy Few Club podría ser tan sólo la con firmación de un hecho sociológico: la conversión de algunos periodistas en vedettes, en unos tiempos en que la información tiende a confundirse con el espectáculo. Pero no, esta historia es la punta del iceberg de un escándalo que revela la corrupción de parte de la profesión periodística francesa.

Red de relaciones

En las, cuentas de la empresa de Botton figuran también varias decenas de facturas relativas a viajes pagados a periodistas tan famosos como PPDA; Yves Mourousi, director de programas de Radio Montecarlo, o Francois-Henri de Virieu, de la cadena pública de televisión France 2. Esos viajes consistían en excursiones de placer a lugares como Bretaña, Saint-Tropez o las islas Seychelles.

Gracias a esos regalos, Botton mantenía una estupenda red de relaciones que ponía al servicio del alcalde de Lyón, su empresa farmacéutica o su Happy Few Club.

El escándalo de los regalos ha conseguido agudizar el debate deontológico que se inició cuando la credibilidad de las informaciones periodísticas se vio duramente afectada en Francia a raíz de las exageraciones cometidas durante la caída del dictador rumano Ceasescu, la ciega aceptación de las informaciones facilitadas por el Pentágono durante la guerra del Golfo y la falsa entrevista a Fidel Castro realizada por PPDA.

Una reciente encuesta del semanario Nouvel Observateur coloca a los periodistas entre los profesionales que, en opinión de los franceses, "no están a la altura de sus responsabilidades".

Ahora los ciudadanos franceses empiezan a pensar que muchos periodistas no sólo exageran o mienten, sino que además son unos golfos. "La información", augura Serge July en el periódico Libération, está amenazada de un crash de confianza, equivalente a los que se producen en los mercados bursátiles".

El eterno presidenciable Raymond Barre acaba de proponer la creación de un comité de ética periodística independiente de los informadores y los políticos, una opción rechazada por Bruno Frappat, director de redacción de Le Monde. Frappat cree que cada órgano de prensa debe elaborar y hacer aplicar. sus propios principios, y en esta línea anuncia la próxima publicación de los de su diario. Partidario de esa opción, July ya ha hecho público el código de Libération.

Cohechos

Al revelar el complejo sistema de cohechos del que se están beneficiando determinados periodistas franceses, diarios como Le Monde y Libération y semanarios como Le Nouvel Observateur y L'Evénement du Jeudi están salvando el honor de la mayoría honesta que integra la profesión periodística francesa.

El gesto amistoso por parte de los poderes políticos o económicos nunca adopta la forma grosera del cheque, salvo en el caso de los periodistas que cubren habitualmente la información económica. Lo más frecuente es el regalo en especies: el reloj de oro, el perfume, la botella de champaña, el ordenador portátil, el equipo de música o el viaje. Tan viejo como el automóvil es el préstamo del último modelo al especialista en motor de un diario o semanario. Préstamo que puede durar varias semanas y que hasta puede ir acompañado de un viaje a un país soleado para probar el vehículo.

Para las grandes estrellas de la radio y la televisión hay ofertas especiales. Desde el viaje pagado para dos a una isla caribeña, hasta la animación de veladas a cambio de un cheque de 100.000 francos, pasando por la proposición de un trabajo de training, es decir, el entrenamiento de políticos o empresarios en las técnicas de la conferencia de prensa.

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