¿Quién ha perdido la guerra de los cigarrillos?
Eran los últimos días de noviembre de 1992, año de sacrificios públicos y privados. Un buen amigo me anuncia por teléfono la llegada de un cartón de Marlboro. Cita clandestina en el portal, intercambio veloz del objeto del deseo camuflado con hojas de periódico. (...) Apretón de manos entre cómplices, (...) el sabor de una pequeña gran victoria y la duda de habernos vuelto todos locos.La huelga de los trabajadores del monopolio del tabaco ha sido una huelga a la italiana. (...) Sólo han seguido el paro 86 personas, pero han dejado secos a 60.000 estancos y a 13 millones de fumadores. Los sindicatos nacionales (...), protegidos tras la etiqueta autonomía de las categorías, han bendecido de hecho la huelga salvaje. ( ... ) Por no hablar del Gobierno, desaparecido en el aire, como el humo del último cigarrillo. (...)
¿Tienen razón los no fumadores al meter el dedo en la llaga dando consejos no pedidos? No, son los beatos de la nueva religión, insoportables predicadores, además de incautos censores. Por su parte, los fumadores han probado el dolor de la abstinencia ( ... ) a la vez que se han sentido catapultados al margen de la sociedad descubriendo el placer de lo prohibido. ( ... ) Ahora que los cigarrillos han vuelto a circular, me hago esta pregunta: privado del tabaco, ¿he visto todo distorsionado o he sido iluminado por una imprevista lucidez?
4 de diciembre
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