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Los suizos optan por el aislacionismo y rechazan integrarse en el Espacio Económico Europeo

Suiza dijo ayer no a su integración económica en Europa, dando otro portazo a los eurooptimistas empeñados en enderezar el complicado camino de la unión europea, malherida tras el rechazo danés al Tratado de Maastricht. En el referéndum celebrado ayer en el país centroeuropeo, una exigua mayoría de la población (el 50,3%) expresó su rechazo al ingreso en el Espacio Económico Europeo (EEE). Dieciséis de los 23 cantones rechazaron también el EEE. Para la ratificación del tratado era necesaria la doble mayoría de la población a nivel nacional y de al menos 12 de los 23 cantones. Votó el 78,3% del electorado, un porcentaje calificado de histórico.

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La polarización política del referéndum ha mostrado también las profundas diferencias regionales entre las dos Suizas. Los cantones alemanes (65% de la población) votaron contra el EEE, con la excepción de Basilea. Los seis cantones de habla francesa (18%) dieron un abrumador apoyo al sí. Los suizo-italianos del cantón del Ticino también votaron no.Tras conocerse el rechazo al EEE, el presidente de la confederación suiza, René Felber, hizo una declaración lamentando que Suiza hubiera "renunciado a las numerosas posibilidades de apertura y de desarrollo creadas por el EEE, y roto también con su política tradicional de acercamiento a Europa". El presidente reconoció que el referéndum ha supuesto "una ruptura grave entre las autoridades federales (Parlamento y Gobierno), cantonales y las asociaciones económicas", de una parte, y "el pueblo y los cantones", de otro.

Felber pidió un esfuerzo especial para que los suizos "superen sus divergencias y acepten sus diferencias de sensibilidad" para mantener la fuerza y la riqueza que han presidido el país en los últimos 150 años.

Por su parte, el consejero federal y ministro de Economía, Jean Pascal Delamuraz, principal paladín del bloque del sí al EEE, calificó el día de ayer como "domingo negro para la economía y el empleo en Suiza y para todos los partidarios de la apertura". El ministro anunció que habrá que cambiar completamente el rumbo de la política económica europea que venía practicando Suiza desde la posguerra. (Las exportaciones suponen el 30% del producto interior bruto de Suiza y el 60% de tales exportaciones van dirigidas a los países de la CE).

'No' a la unión europea

En la primera reacción de la Comunidad Europea llegada a Berna, Frans Andriesen, el comisario responsable de las Relaciones Externas de los Doce, afirmó que Suiza había optado por el aislacionismo.

Suiza seguirá aislada del bloque comercial del EEE, y tendrá que renegociar con Bruselas y con los países de la EFTA la nueva situación creada. Andriessen ya adelantó ayer que no habrá negociación bilateral de las atribuciones que el EEE hubiese dado a Suiza.

El no suizo al EEE es una negativa directa no sólo al bloque comercial y laboral de 380 millones de personas que formarán los 19 países de la CE y de la EFTA, sino a la idea de la unión europea. Los recelos hacia la dictadura de Bruselas, como ha machacado el bloque del no durante la campaña, han calado en los sentimientos de los suizos mucho más que las extraordinarias ventajas económicas que prometía la campaña del bloque del sí. Emplazados a elegir entre un más vale lo bueno conocido que lo bueno por conocer, los suizos han preferido seguir como están: neutrales y aislados del laberinto internacional, a la cabeza de los países más prósperos del, mundo, con 33.000 dólares de renta per cápita y tremendamente orgullosos de su sistema de democracia directa, de consenso y de federalismo.

El bloque del sí durante la campaña fue desproporcionadamente mayoritario frente a los que pedían el no. Estaba encabezado por el Gobierno federal, los gobiernos de todos los cantones, todas las grandes empresas, la gran patronal, la mayoría de los partidos políticos y toda la prensa suiza. Y del total de los 26 cantones, los de habla francesa (un 18% de la población) también eran fervientemente procuropeos.

Pero frente a esa aparente desigualdad favorable al sí, los partidarios del no, encabezados por el consejero nacional René Blocher, del derechista Partido Popular, consiguieron politizar el referéndum y sacarlo del tecnocrático, frío, lejano y optimista paraíso económico que dibujaban sus adversarios.El rechazo por los suizos del EEE "desequilibra el acuerdo" y, en consecuencia, "España pedirá su renegociación en el marco de una conferencia intergubernamental para obtener otras contrapartidas que compensen la concesiones" que Suiza se comprometió a hacer a los países menos desarrollados de la CE, declaró ayer Juan Leña, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, informa Ignacio Cembrero.Leña recordó que, del conjunto de los siete países de la Asociación Europea de Libre Comercio que firmaron el acuerdo EEE, Suiza era el que mayores compensaciones ofrecía a España a cambio de poder incorporarse al mercado único.

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