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Tribuna
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Sátira

Manuel Vicent

Con la huevera cuadrada en la poltrona, marcando paquete como antiguos diestros de naipe, un grupo de catedráticos de la Universidad Complutense ha rendido homenaje a un torero muerto de cuya alternativa se cumplen 50 años. El Salón de Grados de la Facultad de Derecho se llenó de ganaderos, juristas, picadores, futuros letrados, monosabios, profesores y gente que tira de las mulillas, y no se sabe si el decano y su cuadrilla en la tribuna se tocaron para la ocasión con una montera de falso astracán en lugar de birrete, ya que en esta sesión académica no se honraba a un señor que en vida hubiera descubierto una vacuna, aislado un virus o sentado alguna doctrina científica, sino a un maestro en el percal que a base de estocadas sacrificó miles de reses en la plaza pública, con el volumen de sangre cuajada que eso supone. Antonio Bienvenida, el homenajeado, fue un caballero, nadie lo duda, pero eso no es obstáculo para que la Universidad, al honrarle oficialmente como torero, se denigre a sí misma hasta la degradación. Con este rector castizo que va loco cabalgando su propia imaginación, el próximo disparate no se hará esperar: pronto veremos un encierro en la Universitaria con toros y cabestros corriendo hasta el Aula Magna, donde se instalarán los toriles, y a continuación habrá festejos con mucho degüello en el Paraninfo, hasta que todo ese ámbito de cultura huela con propiedad a excremento de vacuno, y no sólo metafóricamente como ahora hiede. Y si la Universidad Complutense no es famosa por ningún investigador conocido ni sabio homologable, al menos será posible confeccionar una orla cada año de catedráticos y alumnos vestidos con traje de luces que sirva para etiquetar botellas de anís. Vivimos tiempos en que, según las mentes frívolas, todo vale: cualquier torero puede ser declarado doctor honoris causa por la Universidad, de modo que también puede ir su rector a limpiar los cuajarones de sangre a Las Ventas al final de cada lidia, vestido de arenero y con birrete de huevo hilado, si tanto le gusta la fiesta.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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