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La fuga hacia lo antiguo

Las piezas religiosas y el estilo imperio dominan en la apertura de Feriarte en Madrid

Cuando llegaron las autoridades ya nos habíamos comido casi todos los canapés. Unos camareros reprimían a un grupo: "No empiecen hasta que vengan los que tienen que venir". Vino el alcalde y el presidente de Ifema (Institución Ferial de Madrid) junto a un grupo de señoras importantes que, como la misma presidenta del comité organizador, María de los Ángeles Rato, o la directora de la feria, Pola Iglesias, gobiernan Feriarte. [La feria está abierta al público hasta el día 13, de 11. 30 a 21.30, en el parque ferial` Juan Carlos I, de Madrid. Hay un servicio gratuito de autobuses que une la feria con los hoteles Tryp Fénix, Miguel Ángel, Meliá Castilla y Eurobuilding.]

Un 30% de los 179 anticuarios que participan en el certamen están a cargo de mujeres, y su presencia es patente entre la clientela. Buena parte visten abrigos de visón, pero no desprenden la impresión de ser ricas-ricas. Una atmósfera de lentitud abastece el espacio. Los clientes pasean sosegados, acercan la mirada hasta la pieza, arquean la espina dorsal y preguntan el precio tras las lentes. Quien bufa cuando oye la cifra -dicen los profesionales- delata su ignorancia.Todos los objetos que se exponen en Feriarte están censados, cuentan con una antigüedad superiora los 100 años (exceptuando las muestras de art déco, art nouveau, arte africano y alguna más).El comité de expertos dedicó la víspera, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la madrugada, a depurar las casetas de aquellos enseres sospechosos. Se oían las quejas.

No es éste el mejor año para las antigüedades desde el punto de vista de los vendedores. La crisis ha estabilizado los precios y ha reducido el comercio internacional en casi un 30%. Para los compradores, por el contrario, las.oportunidades se dilatan porque a un anticuario, aunque se resista a bajar las tarifas, no le agrada conservar demasiado tiempo los mismos objetos.

Hacia el imperio

¿Tendencias? Ha desmayado la demanda de pintura contemporánea y la española del siglo XIX y crece la de temas religiosos, bodegones y flores hasta el siglo XVIII, dicen. Más de un cliente y anticuario confesaron haber advertido una creciente estima por el estilo imperio, cuya estética requiere una pupila erotizada con otras ediciones de la belleza.Las piezas de plata fechadas en torno a 1800, la cerámica española antigua, el mueble francés de época y el rústico español entre los siglos XV al XVII se suman a las nuevas preferencias. Con todo, las piezas inglesas del XIX siguen ocupando lugar central, y el art déco, aunque estancado, ha suscitado el interés de los jóvenes aficionados, tanto porque su precio es menor (pueden encontrarse piezas entre las 25.000 y las 100.000 pesetas) como por la fácil compatibilidad de su estilo en la decoración moderna.

Sus representantes se lamentan, no obstante, de la débil atracción en España del art déco si se compara con el furor registrado en Francia o Estados Unidos. Florencia, París y Londres son los tres centros europeos de majestad en el mercado de antigüedades, y Madrid queda aún muy rezagado. No faltan, sin embargo, en esta 16ª edición de Feriarte, referencias insignes.

En primer lugar, un Zurbarán de 200 millones de pesetas que se ofrece en la caseta de Concha Barrios, vicepresidenta de la organización, una escribanía de plata que perteneció a un ministro de Carlos III o una mesa de billar rematada con cariátides que usó el presidente de la República francesa, Emile Loubet, desde 1903 a 1906.

Junto a ello, un exquisito bazar de la historia cotidiana. Relojes, bargueños, candelabros, yugos de piedra, cajas de música, jaulas de pájaros, biombos de laca china, pianos, chaise-longues, broches, soperas, espejos.

El buen aficionado a las antigüedades suma al ejercicio del gusto la excitación del pasado. Una nueva pasión por la trasmigración, inducida por la decepción sobre el arte y la época actual acompaña -además de las intenciones inversoras- al favor que vienen recibiendo las piezas antiguas. La melancolía por otros tiempos. menos bárbaros y aparentemente más fundamentados une el corazón de las piezas con el de los buscadores. Entre la sonata de colores marfil y siena (más que marrón y teja, como dice el catálogo), con que se ha vestido el montaje, una marca de personajes atentos y matrimonios serenos recorre desde el viernes por la tarde los 6.600 metros cuadrados de Feriarte.

Muestra del Anticuario Español que -liberada ya de canapés de esturión- durará hasta el día 13 de diciembre y gozará el año próximo, si la política comunitaria no lo impide, de las ventajas del mercado libre europeo.

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