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Tensión radiactiva en la costa noruega

La cadena ABC denuncia un vertido de plutonio desde un submarino soviético hundido en 1989

La carga de plutonio contenida en el submarino soviético Komsomolets, que después de incendiarse se hundió en aguas internacionales, al norte de las costas noruegas, en abril de 1989 habría empezado a filtrarse al exterior, con el consiguiente riesgo especialmente para la fauna marina y la riqueza pesquera. La inquietante información fue difundida este lunes en un programa de la cadena de televisión norteamericana ABC durante la entrevista mantenida con el científico ruso Nikolái Nosov. Éste afirmó que el cesio-137 había comenzado ya a escaparse por la acción erosiva del agua del mar. Según el mismo programa, técnicos norte americanos y rusos estarían trabajando conjuntamente para evitar los riesgos de una catástrofe, procurando reflotar la nave y desmantelar los torpedos con carga nuclear.En Noruega, sin embargo el jefe del Instituto para la Protección de la Radiactividad, Knut Gussgard, restó importancia a la información y señaló que la cantidad de plutonio existente en el submarino es insignificante si se la compara con la que ya ha contaminado la atmósfera y el mar con la sucesión de pruebas nucleares realizadas desde los años sesenta. Gussgard no cree que existan riesgos que justifiquen el propósito de los rusos de reflotar el submarino, que se encuentra a más de 1.000 metros de profundidad, y dice que deben de existir otros motivos detrás de los que se invocan para querer realizar esa tarea. Desde el momento del accidente, y periódicamente después, los noruegos han efectuado mediciones de la radiactividad en la región sin encontrar motivos de alarma.

El portavoz del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Hans Mayer, descartó que este submarino pudiera representar un peligro. En declaraciones a la agencia Efe, Mayer afirmó que las autoridades rusas aseguraron entonces que, antes del hundimiento, el reactor fue desconectado, y el submarino, cerrado herméticamente.

Fuentes periodísticas noruegas sugirieron que detrás de la noticia pueden existir otros motivos, como el de desviar la atención de la catástrofe ecológica que, según se ha denunciado estos días, habrían provocado los norteamericanos en la base que acaban de abandonar en Filipinas.

El siniestro del submarino, de tipo Mike y avanzada tecnología, ocurrió en la noche del 9 de abril dé 198 9, y en él perecieron 42 miembros de la tripulación. La alarma cundió entonces en Noruega y en los países vecinos, pues se desconocían las circunstancias en que se había producido y tampoco estaban claras las informaciones respecto a la carga que llevaba. Hubo incluso algunas fricciones entre las autoridades de Noruega y la entonces Unión Soviética por la demora de estos últimos en informar sobre el accidente, dudas que finalmente fueron aclaradas. El propio Mijaff Gorbachov, que era presidente de la URSS, había sido informado del siniestro a bordo del avión que le transportaba de Moscú a Londres.

De confirmarse las informaciones difundidas por la televisión norteamericana, ello afectaría a un sector importante de las exportaciones noruegas, como es la pesca, ya que ésta se vería directamente perjudicada por las radiaciones que eventualmente se habrían filtrado al mar. Sin embargo, la ministra de Asuntos Exteriores noruega, Helga Hernes, negó que su Gobierno quisiera echar tierra al asunto para proteger estas exportaciones. "Creemos que la nave no debe ser reflotada", afirmó.

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