Un colegio privado cierra en pleno curso y deja sin enseñanza a 600 alumnos

Más de 600 chavales cambiaron ayer las aulas y los exámenes por la calle, los silbidos y algún petardo. El colegio privado España-Santa Eulalia, en Chamberí, cerró sus puertas, en pleno curso, de la noche a la mañana. Su propietario, Manuel España, echó el cerrojo, pese a la advertencia de Educación fechada hace 12 días en que se asegura que un centro escolar, público o privado, no puede dejar de funcionar hasta que empiece el curso académico siguiente.

Tres guardas jurados se ocuparon de que a uno de los dos edificios del centro -el de Galileo, 55- entrasen- sólo a los 200 alumnos de EGB, cuya enseñanza está concertada (subvencionada) con el Ministerio de Educación. Los de COU, BUP y preescolar -612, según los profesores-, que no tienen subvención, se quedaron en la puerta toda la mañana, junto con sus padres y la treintena de profesores que les enseñan.María del Carmen González, vecina de Chamberí, estuvo toda la mañana pasando frío ante las verjas verdes del otro edificio, en la calle de Fernández de los Ríos, 52. Su hijo José Miguel, de 17 años, se quedaba por primera vez sin clase desde que "en parvulitos" ingresó en el centro. "Y yo he pagado la matrícula y las mensualidades de octubre y noviembre: 29.000 pesetas". Fernando y Diego, dos alumnos de COU, se quedaron sin examen de Filosofia. Ya se olieron algo cuando les dieron unas octavillas el viernes al salir de clase. "Decían que el colegio se cerraba, pero no nos lo creínios".

Don Pablo

Los 30 profesores del centro, que llevan media vida en el colegio, no cobran desde junio. El centro fue fundado hace más de 30 años por Pablo España, don Pablo, que murió el 6 de octubre pasado a los 76 años. Su hermano Manuel -que no quiso hacer declaraciones ayer envió dos telegramas en los días siguientes para informar a los profesores de que se extinguían sus contratos. "Y nos decía que no fuésemos a trabajar, en pleno curso", contaba ayer, lívida, Ángela Alegría, que enseña Historia del Arte. Según una nota adosada a una de las puertas, el dueño ha ofrecido a los profesores que se queden con el centro. "Hemos dicho que no. No sabemos si tiene deudas", agrega Alegría, que pasa ya estrecheces, "aunque no tantas como el hijo de un compañero, que ha tenido qued 1 ejar la facultad y ponerse a trabajar de camarero".A los padres les interesaba sobre todo que sus hijos estaban en la calle. "Se saltan a- la torera todas las normas", aseguraba Saturnino Martín, vocal del APA, "el ministerio ha dicho bien clarito que no se puede cerrar". "Yo vengo de Delicias", decía'una señora con abrigo de piel y tupé imposible. "Yo, de Majadahonda", añadía una mujer con gafas oscuras, "y ¿sabe qué le digo?, que aquí recuperan a los niños másdiriciles. Mis hijos suspendían antes y ahora van bien".

Los rumores iban y venían en los corrillos: "Que vienen de E0ucación a abrir el colegio". 11 Los del ministerio dicen que no saben qué hacer, que es el primer caso". El director provincial de Educación, Adolfo Navarro, ofrecía ayer a los padres de los colegiales "plazas en los institutos del distrito de Chamberí o de distritos limítrofes". "No queremos otro centro, hemos elegido éste", decían las madres.