El reto de las zonas de exclusión aérea

El principal reto político con el que se enfrenta ahora Sadam Husein son las zonas de exclusión aérea, hecho que el Gobierno iraquí considera una violación de la soberanía nacional.La del paralelo 36, en el norte de Irak, establecida con el fin de proteger a la minoría kurda, que en marzo de 1990 se había alzado en armas, ha supuesto una pérdida real de soberanía para el régimen.

Las provincias kurdas de Arbel y Suleimaniya, sobre todo esta segunda, se extienden por encima y por debajo del paralelo y cuentan en toda su extensión con una administración totalmente kurda. El Gobierno de Sadam ha abandonado administrativamente el lugar. En Suleimaniya se creó en octubre un Gobierno provisional, formado por un kurdo, un árabe y un shiíta, con el fin de reemplazar al actual régimen político de Bagdad.

Al sur, en el paralelo 36, la situación es muy diferente. La prohibición de volar a los aviones y helicópteros de Sadam Husein por debajo de esa frontera no ha impedido al 'Ejército mantener una presencia masiva y proseguir con las operaciones militares en los pantanos, aunque el Gobierno asegura que ahora no hay actividad rebelde alguna en ellos.Desecar los pantanos

Proyectos de ingeniería, como el Tercer Río, se ven desde la ONU como una excusa para desecar los pantanos y acabar con la disidencia que anida en ellos. Bagdad lo niega y dice que el Tercer Río pretende desalinizar las tierras entre los dos ríos y ganarlas para la agricultura.

La diferencia entre los dos paralelos es histórica. Los kurdos han sido, sobre todo desde la caída del imperio otomano al final de la Primera Guerra Mundial, una minoría activa con conciencia nacional. Los habitantes del sur, los más pobres de Irak, tienen un único vínculo: la religión, pues son shiítas.