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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Asilo restringido

EL CONGRESO extraordinario del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), clausurado el martes, resolvió anteanoche uno de los puntos que más problemas planteaba a su ideario político y, sobre todo, a su voluntad de optar seriamente a gobernar a partir de 1994: la reformulación del derecho de asilo y la consiguiente aceptación de que sea reformado el artículo 16 de la Constitución. Acepta así negociar la modificación con la coalición democristiana y liberal del canciller Kohl, propuesta y defendida por su secretario general, Björn Engholm. También se aprobó la recomendación de que las tropas alemanas pudieran participar fuera de las fronteras en operaciones no militares y bajo el patrocinio de la ONU.El problema que plantea la masiva afluencia de inmigrantes en Alemania no es baladí. Se ha dado reiteradamente el dato de que serán 500.000 los que lleguen este año, con los. riesgos que ello implica de tensión económica y de caos social, sobre todo en la antigua Alemania del Este, atenazada por problemas de paro y recesión. La marea xenófoba y racista desatada en Alemania encuentra precisamente su caldo de cultivo en el descontento propiciado por la situación económica. Por esta razón, la resolución sobre la reforma del derecho de asilo, aprobada masivamente anteanoche en el congreso del SPD, ha sido acompañada de un elenco de medidas urgentes contra la xenofobia y el ultraderechismo. Como dijo en el congreso el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania: "No puede descartarse que lo que sucedió con Weimar vuelva a ocurrir si los partidos democráticos no llegan rápidamente a un consenso".

El problema de extranjería en Alemania es triple: por un lado, están los gastarbeiters, los trabajadores extranjeros; por otro, se encuentran los asilados por razones económicas (es decir, porque tienen hambre en su país, o porque, habiéndose asilado por razones políticas en otro país europeo, acaban prefiriendo irse a Alemania); por último, están los asilados políticos.

El SPD acepta que para las dos primeras categorías se establezca un innovador sistema -de cuotas de inmigración. Y que para la segunda, además, se prevea la revisión judicial acelerada de sus casos para que a su probable expulsión no deba añadirse, como hasta ahora, el dramático problema de la lentitud de trámites, con su secuela de esperanzas frustradas y familias truncadas. Para la tercera categoría, la de los refugiados políticos, el SPD admite que el artículo 16 de la Constitución sea reformado para que sólo se conceda asilo a los refugiados que se tipifican en la Convención de Ginebra sobre Refugiados de 1951. Esta es la verdadera restricción: Alemania deja de ser lugar de asilo indiscriminado para convertirse, como la mayoría de sus socios europeos, en un país de asilo restringido. Pero el asilo político existirá en toda su extensión y consecuencias, y los socialdemócratas rechazarán la modificación del artículo 19, en el que se prevé el derecho individual de cada refugiado a .que un juez analice su caso, y no, como pretende el canciller Kohl, que se establezca la posibilidad de que la policía de fronteras tenga la última palabra. Ojalá que en este aspecto no se dé también otro paso atrás.

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