La rentabilidad del agravio

Hipólito Gómez de las Roces, diputado a las Cortes de Aragón por el Partido Aragonés (Par); José María Mur, portavoz del Par en el Congreso, y Juan Bolea, ex miembro de UCI) y presidente de Aragón con la preautonomía, son los protagonistas del regionalismo aragonés.Gómez de las Roces, de 60 años, abogado del Estado y presidente de la Diputación de Zaragoza en la última etapa del franquismo. Con la reivindicación del "agravio aragonés por la desviación de las aguas del río Ebro a Cataluña" consiguió su primer éxito: un escaño en las Cortes Constituyentes por la Candidatura Aragonesa Independiente.

De carácter autoritario, abandonó la presidencia del Gobierno de Aragón tras las elecciones autonómicas de 1991 por negarse a compartir el Ejecutivo con el PP y se lo cedió a otro hombre de. su partido, Emilio Eiroa, de talante más moderado, y que esta semana ha recibido los reproches de los dirigentes del Par por decidir no acudir a la manifestación de hoy "para salvaguardar las relaciones institucionales".

Gómez de las Roces, como político procedente del franquismo, no tiene tentaciones nacionalistas. "Está empeñado en una batalla personal y su programa se basa en el agravio comparativo, sobre todo con Cataluña", señala el secretario de Estado para las Autonomías, Francisco Peña. Una política de agravio que arrastra en cascada el que otras autonomías como Baleares y Canarias se replanteen también la reforma de sus estatutos.