_
_
_
_

La lucha entre Yelio Yelev y Filip Dimitrov dificulta la formación de un nuevo Gobierno en Bulgaria

La confusión política y la lucha abierta entre el presidente de Bulgaria, Yelio Yelev, y el primer ministro, Filip Dimitrov, tras la caída del primer Gobierno no comunista en el país en cuarenta años, hace difícil la formación de un nuevo Gabinete, y puede desencadenar la convocatoria de elecciones anticipadas.El Parlamento de Bulgaria, con los votos del Partido Socialista (ex comunista), del partido de la minoría turca (MDL) y de algún diputado de la coalición gubernamental, derribó el miércoles, por 120 votos contra 111, al Gobierno de la, Unión de Fuerzas Democráticas (UFD), presidido por Dimitrov, de 37 años, en el estallido repentino de una crisis de Estado latente en Sofía desde hace meses.

Bulgaria ha sido en los últimos dos años un discreto e ignorado pero consistente ejemplo de racionalidad política y civismo en una región tan escasa de estos valores como son hoy los Balcanes. Quienes, como Lawrence Eagleburger, secretario de Estado norteamericano y experto en los Balcanes, felicitaban a Bulgaria por "la transición modélica" podrían, sin embargo, haberse precipitado. El consenso de las fuerzas democráticas parece roto.

La guerra en Bosnia-Herzegovina, la inestabilidad regional resultante del veto de Grecia al reconocimiento de Macedonia, la crisis económica y social e indicios de resurgimiento del nacionalismo antiturco han crispado el panorama político hasta el estallido de la crisis por la hostilidad entre el jefe del Estado, Yelio Yelev, y el primer ministro, Filip Dimitrov.

La crisis, precedida por ataques de Yelev al Gobierno y en especial a Dimitrov, se debe a los dos conceptos antagónicos de la reforma económica que tienen, que ya acabaron con otras coaliciones anticomunistas en Centroeuropa. Dimitrov defiende un tratamiento de choque, el cierre inmediato de las empresas sin salvación. Yelev cree que los cambios no pueden realizarse sin comprometer en ellos a una amplia base social.

Pero la lucha abierta entre Yelev y Dimitrov estalló a causa de las relaciones con Macedonia, la república ex yugoslava reconocida por Bulgaria, si bien no por la Comunidad Europea, debido al veto impuesto por Grecia. Los servicios secretos, dependientes de la presidencia, acusaron a un asesor de Dimitrov, Konstantín Mishev, de gestionar la venta de armas a Macedonia, país amenazado por la posibilidad de que la guerra estalle en la provincia serbia de Kosovo y se extienda a su territorio.

Yelev utilizó el caso para lanzar una campaña contra Dimitrov, acusándole de "dañar la imagen internacional de Bulgaria" y "conspirar para violar el embargo de armas" impuesto a las repúblicas ex yugoslavas. El partido de la minoría turca (Movimiento por los Derechos y Libertades), acosado por la emigración de sus electores hacia Turquía por el desempleo surgido con las reformas, ha hundido al Gobierno. Si la, UDP no logra una mayoría para un nuevo Gobierno, habrán de buscarla los ex comunistas (PSB).

La UDF acusa a Yelev de albergar "tentaciones totalitarias" y de "ignorar que debe su cargo a la UDF". Yelev parece, además, aquejado por un complejo monárquico que causa la existencia de un rey en el exilio, Simeón, que, como. ningún otro ex monarca del Este, se ha erigido en seria alternativa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_