Una juez concede el tercer grado penitenciario a los presos expulsados de ETA Etxabe y Urrutia

Los antiguos miembros de la organización terrorista ETA Isidro Etxabe Urrestrilla y Juan Antonio Urrutia Aurtenetxe, condenados por varios delitos de asesinato, disfrutan desde ayer del tercer grado penitenciario en virtud de sendas resoluciones de la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao Ruth Alonso. Otros dos autos de la juez Manuela Carmena conceden el mismo beneficio al etarra José Manuel Azcárate Ramos y al miembro de los GRAPO José Ignacio Cuadra Echandía para permitirles acceder a la libertad condicional por razón de enfermedad.

Fuentes del Gobierno reaccionaron ayer con dureza contra estas decisiones porque "no es el momento oportuno" y las decisiones judiciales "van a contrapelo de la opinión pública". El ministro de Justicia, Tomás de la Quadra-Salcedo, requerido por este periódico, se negó a comentar las decisiones de los jueces.De la Quadra-Salcedo afirmó, sin embargo, que "las decisiones sobre política de reinserción son y deben ser decisiones del Gobierno en exclusiva". Anunció que el Ejecutivo "propondrá la reforma de la legislación necesaria para que este aspecto, que ya está claro en la ley, no ofrezca la menor duda". La modificación se incluirá dentro de la reforma de la Ley General Penitenciaria.

Los dos autos de la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao recogen idénticos argumentos para ordenar el paso al tercer grado de Etxabe y Urrutia. En ambos casos existe un dictamen favorable a la progresión de grado del equipo de tratamiento de la prisión de Nanclares de la Oca (Álava), firmado el 21 de noviembre del año pasado. Dos semanas antes de esta fecha, los dos reclusos realizaron durísimos ataques contra la dirección de la organización terrorista ETA, en el transcurso de diversas conversaciones mantenidas con sus familiares, y denunciaron en particular el asesinato de niños en atentados.

Pese a la opinión favorable del equipo de tratamiento, el educador social y el psicólogo de la prisión, según señala el auto de la juez Alonso, los reclusos han esperado durante todos los meses transcurridos una resolución de la dirección del centro penitenciario que no se ha producido.

La juez destaca el hecho de que los dos intemos mantienen buena conducta, tienen todas las sanciones penitenciarias canceladas, participan en actividades del centro y "su personalidad ha experimentado una evolución positiva, aceptando valores sociales y rechazando su antigua ideología".

Expulsados de ETA

Isidro Etxabe está condenado a 201 años de prisión como integrante del antiguo comando Madrid y autor de varios asesinatos. Se encuentra encarcelado desde el pasado 13 de febrero de 1981. José Antonio Urrutia, condenado a 71 años de prisión, está en la cárcel desde noviembre de 1980. Ambos fueron expulsados en el mes de junio de 1992 del "colectivo de presos políticos vascos", lo que equivale a la expulsión de ETA, con calificativos como "ex luchadores y ex compañeros".

José Manuel Azcárate, condenado a 57 años, entre otros delitos por el secuestro del directivo del Atletic de Bilbao Juan Pedro Guzmán, padece crónicamente varices esofágicas que le provocan de forma regular hemorragias internas. Sin embargo, fuentes de la Secretaría General de Asuntos Penitenciarios replican que Azcárate padece tal enfermedad desde antes de su encarcelamiento, "sin que eso le impidiera participar en actividades terroristas".

El miembro de los GRAPO José Ignacio Cuadra está condenado a 72 años por varios delitos de terrorismo. Padece una afección renal crónica.

Según fuentes oficiales, Cuadra ha rechazado la posibilidad de acogerse a la reinserción social y está considerado un experto en explosivos, además de ser uno de los ideólogos de la organización terrorista. En la actualidad, ambos se encontraban clasificados en primer grado. La juez Manuela Carmena señala en ambos casos que los reclusos, con los que ha mantenido entrevistas en la cárcel, se han comprometido a renunciar a la violencia, aunque sólo sea para conseguir la libertad condicional y sin un alejamiento previo de las motivaciones ideológicas que les llevaron a delinquir.

La juez ordena que se les progrese al tercer grado para la aplicación inmediata del artículo 60 del reglamento penitenciario. Ese artículo prevé la concesión de la libertad condicional a todos aquellos reclusos que padezcan enfermedades crónicas o incurables.

Manuela Carmena señala en los respectivos autos la necesidad de realizar un seguimiento de la conducta de los dos reclusos mientras se encuentren en libertad condicional. En el caso de Azcárate se han comprometido a realizar dicho seguimiento el alcalde y el jefe de la Ertzaintza (policía autónoma) de Tolosa (Guipúzcoa), donde el preso se ha comprometido a instalarse junto a su familia.

Fuentes oficiales precisaron ayer que hay que diferenciar entre las decisiones de las. dos jueces. En el caso de Etxabe y Urrutia se trata de dos miembros de ETA que "consta públicamente que están en contra de la banda armada y sus métodos, mientras que los otros dos no han hecho manifestaciones contra el terrorismo ni las van a hacer".

En el caso de Etxabe y Urrutia la progresión de grado penitenciario se hace en virtud del artículo 43 del reglamento penitenciario, lo que les da opción a disfrutar de permisos todos los fines de semana y 30 días de vacaciones anuales. No obstante, no podrán salir de la cárcel a diario para desempeñar un trabajo, como sería el caso si se aplicara la modalidad del tercer grado del artículo 45.

La nueva situación penitenciaria incluye además su salida física del recinto penitenciario para alojarse en pabellones situados en el exterior. Esta medida fue comunicada ayer mismo a las respectivas prisiones para su aplicación inmediata. Isidro Etxabe podría acceder a la libertad condicional desde su nueva situación penitenciaria en 1995. Juan Antonio Urrutia en 1997, según informaron ayer fuentes oficiales.