La Generalitat catalana compra un cuadro de Miró por 250 millones

La Generalitat de Cataluña anunciará en breve la adquisición del cuadro El acomodador de music hall (1925), de Joan Miró, que pasará a los fondos de la Fundación Miró de Barcelona, según pudo saber EL PAÍS en círculos del mercado internacional de arte. La obra, propiedad de un coleccionista privado norteamericano, ha sido comercializada por una galería de Nueva York y adquirida por el Departamento de Economía de la Generalitat catalana por una suma en torno a los 250 millones de pesetas.

El acomodador de music hall -un óleo sobre tela de 100 x 78 centímetros que representa el contorno de un rostro con bigotes y un monóculo formado por una mancha de pintura clara- es una obra famosa y muy apreciada de Joan Miró aunque no se cuente entre los trabajos más emblemáticos del artista, como El carnaval de Arlequín (1924). Se trata de un cuadro de la serie de pintura de sueños realizada por Miró en París en tiempos inmediatamente anteriores a la aparición de los surrealistas.La adquisición del cuadro por la Administración autónoma catalana se enmarca en las actividades previstas dentro de la celebración del Año Miró, que conmemora el centenario del nacimiento del artista, en 1893, y que incluirá exposiciones, simposios y la inauguración de la Fundación Pilar y Joan Miró de So N'Abrines, en Palma de Mallorca. Esta fundación mallorquina tendrá su sede en un edificio de nueva planta concebido por Rafael Moneo. El nuevo centro completa un triángulo de lugares mironianos que configura junto con la fundación de Barcelona y la Fundación Maeght de Saint Paul-de-Vence (Francia).

Absoluto mutismo

Las negociaciones para la adquisición de El acomodador de music hall, que enriquece una época muy poco representada en las colecciones de la institución mironiana barcelonesa, han sido llevadas a cabo en Estados Unidos por representantes de la Fundación Miró y de la Generalitat catalana. Ambas instituciones han mantenido hasta ayer un absoluto mutismo sobre la compra. Sin embargo, este diario ya avanzó el pasado 18 de junio que existían negociaciones para la adquisición de un cuadro de estas características.Joan Miró explicaba que sus pinturas de sueños de los años veinte surgían "de las impresiones fugitivas" que le venían al azar "tras un paseo, una ensoñación, una lectura, o también de los estados alucinatorios provocados por hambre, fatiga o exaltación".