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La ONU expresa "furia y frustración" por el ataque constante contra sus convoyes de ayuda en Bosnia

El avituallamiento de Sarajevo, donde decenas de miles de personas pueden morir de hambre y frío durante los meses de invierno, vuelve a estar en peligro. Una de las principales rutas, la que parte, de la localidad croata de Split, ha sido cerrada después de que dos convoyes de la ONU fueran atacados el pasado viernes por milicianos serbios. La Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ginebra expresó ayer su "furia y desesperación" por estos ataques y por "el hostigamiento deliberado" a los convoyes de socorro.

Mientras la radio bosnia informaba ayer de nuevos ataques serbios contra la localidad de Gradacac, los cascos azules de la ONU reconocían la imposibilidad de mantener abierta la ruta de Split mientras no cesen los ataques indiscriminados contra los convoyes de ayuda. Este corredor es uno de los más importantes en el aprovisiona miento de Sarajevo, donde la carestía de pan es sólo un pe queña muestra de la gravedad de la situación.La ACNUR lanzó ayer un durísimo ataque contra las partes implicadas en la guerra de Bosnia y dijo sentirse cansada de la presión militar que sufren los convoyes de ayuda humanitaria. El ataque del viernes en Mostar (sur de Bosnia) demuestra, según un portavoz, la "incapacidad de algunas de las partes de cumplir con sus compromisos". En el incidente, los miembros de la ACNUR fueron detenidos y golpeados por milicianos serbios. La nota de la ACNUR dice con rotundidad: "Los conductores tuvieron suerte de escapar con vida".

El comando militar de los cascos azules en Bosnia-Herzegovina expresó ayer su firme protesta por la retención de su jefe, el general Husein Adbel-Razek, el lunes durante diez minutos por milicias serbias.

Ayer mismo, ocho funcionarios de la ACNUR quedaron bloqueados en la localidad de Vitez, al noroeste de Sarajevo, donde las fuerzas croatas y musulmanas mantienen fuertes combates que ya han causado una treintena de muertos. Las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) envió a mediodía a una misión de rescate compuesta por cuatro vehículos blindados y una ambulancia para evacuar al equipo.

En el frente diplomático, el presidente serbio de la actual Yugoslavia (Serbia y Montenegro), Dobrica Cosic, concluyó ayer un acuerdo definitivo con su homólogo croata, Franjo Tudjman, para la retirada de las tropas federales de la península de PravIaka, desde donde han venido bombardeando el puerto adriático de Dubrovnik. Ambos presidentes se comprometieron a. normalizar las relaciones entre sus repúblicas e hicieron un llamamiento por la paz en la región.

En Serbia, mientras tanto, la tensión generada por la ocupación, el lunes, del edificio del Ministerio del Interior federal por parte de las tropas especiales de la policía serbia continúa creciendo. "Los acontecimientos relacionados con el edificio federal no tienen connotaciones políticas", aseguró ayer, Zoran Sokolovic, ministro de Interior serbio. Esta opinión de Sokolovic no es compartida por nadie en Serbia. El procurador general de Justicia interpuso ayer, en nombre del Gobierno federal, la denuncia en contra del Ministerio del Interior serbio.

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El Gobierno yugoslavo dijo ayer que su policía es incapaz de "ejecutar sus funciones constitucionales y legales". La policía serbia tiene 43.000 hombres e incluye las unidades de élite. La policía federal cuenta con 1.200 efectivos.

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