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Italia y España deciden paralizar sus inversiones en el Avión de Combate Europeo

El Gobierno español va a "ralentizar el programa de inversiones" en el Avión de Combate Europeo (EFA) debido a las limitaciones del presupuesto para 1993 y a consideraciones políticas, estratégicas y económicas", según informó ayer el Ministerio de Defensa. El comunicado afiade que se van a afrontar los contratos industriales ya suscritos y con fuerza legal, "pero ninguno nuevo".Por su parte, Italia "no firmara ningún nuevo contrato" y limitará al máximo los compromisos ya contraídos en el consorcio para la fabricación del nuevo Avión de Combate Europeo (EFA), según ha anunciado Salvo Ando, ministro de Defensa. Esa "suspensión" de la participación italiana no equivale a una retirada, de acuerdo con Ando, y durará hasta que "la aprobación por el Parlamento de los presupuestos del Gobierno para el próximo año permita una valoración detallada de los programas de inversión de la Administración de Defensa".

La pausa general que afecta al EFA desde que Alemania -socio de un proyecto que integra también a España, el Reino Unido e Italia- comenzara a mostrarse indecisa, adquiere ahora en Italia connotaciones particulares ligadas a una ley de presupuestos que condiciona la vida del país. De la aprobación de esa norma por el Parlamento, donde encuentra una oposición manifiesta, depende, en efecto, desde el reingreso de la lira en el Sistema Monetario Europeo hasta el futuro del Gobierno del socialista Giuliano Amato, que ha empeñado toda su credibilidad en esta pelea.

El mismo calendario de la crisis interna del Partido Socialista Italiano (PSI), que el próximo 13 de diciembre deberá afrontar otra difícil prueba electoral en el norte, queda vinculado a la aprobación de esta ley, en la medida en que Amato podría ser una baza necesaria para resolverla. Según una opinión extendida, el actual primer ministro es la persona más adecuada para desempeñar una secretaría general de compromiso, en sustitución del actual líder, Bettino Craxi, acosado por los escándalos y la oposición frontal de un sector del socialismo que gira en torno a Claudio Martelli, ex delfín de Craxi y ministro de Justicia.

Craxi no dimite

Precisamente ayer, las investigaciones de los jueces de Milán llegaron al secretario nacional administrativo del PSI, Vincenzo Balzamo, con lo que la cúspide socialista queda ya implicada en el caso, como lo estaba la de la Democracia Cristiana. No obstante, Bettino Craxi afirmó ayer mismo que no tiene ninguna intención de dimitir y que la mayoría del partido le apoya.Hace pocas semanas, asumiendo el papel de reformador de un PSI que bajo su dirección ha llegado a la difícil situación en la que ahora se encuentra, Craxi sugirió la posibilidad de dejar la secretaría, aunque enseguida advirtió que ello no supondría su jubilación de la política.

El plan más probable del controvertido líder sería quedarse en la presidencia del PSI, dejando a alguien de su confianza en la secretaría. Y Amato parece la persona idónea, pero no puede cesar en el Gobierno italiano antes de que se aprueben los presupuestos.

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