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La ONU estudia el envío de 'cascos azules' a Abjazia

La ONU tendrá una presencia permanente en Abjazia que, por el momento, se reducirá a dos observadores -uno militar y otro político -que estudiarán la posibilidad de desplegar cascos azules en la zona. Las Naciones Unidas apoyan el acuerdo tripartito ruso-georgiano-abjazo firmado en Moscú a principios de septiembre, dijo ayer en Sujumi, la capital de Abjazia, Antoine Blanca, vicesecretario general de la organización.

El acuerdo de Moscú preveía un alto el fuego, la retirada de los voluntarios de la Confederación de los Pueblos del Cáucaso, que apoyan a los abjazos, la separación de los bandos enfrentados a una distancia fuera del alcance de la artillería pesada y la defensa de las vías de comunicación por tropas ruso-georgianas.Los abjazos, desde un comienzo, estuvieron descontentos con el acuerdo, que dejaba bajo su control sólo una pequeña zona de Abjazia rodeada por fuerzas georgianas tanto por el Sur como por el Norte. Por eso no resultó extraño que lanzaran una ofensiva a primeros de octubre y conquistaran toda la franja norte que los separaba de Rusia.

Ahora que la ONU ha adoptado una posición más activa en el conflicto, sería posible desplegar cascos azules en esas ciudades. Esta posibilidad es la que examina la delegación presidida por el francés Blanca. En Sujumi, la dirección militar considera que Rusia ha lanzado una "agresión directa" contra Georgia. "No combatimos contra el pueblo abjazo. Si los rusos retiran sus tropas de la zona, nuestros problemas se acabarán", asegura el ministro georgiano para los Asuntos de Abjazia, Joga Jaindrawa.

Como prueba de que es Rusia la principal culpable del conflicto, Jaindrawa explica que el batallón de paracaidistas de Gadaúta, que, según él, participó en el ataque a Gagra, lo dirige el general Kondrátiev, que ocupa el cargo de viceministro de Defensa de Rusia. "Fueron soldados rusos los que condujeron los carros de combate", agrega.

La tercera guerra mundial

Es esto lo que Dzhaba losiliani -uno de los caudillos militares que derrocaron al ex presidente georgiano Zviad Garrisajurdia en enero- quiere hacer comprender a la comunidad internacional, especialmente a la ONU. losiliani, que se encuentra en Sujumi dirigiendo a las tropas georgianas desde el día siguiente de la caída de Gagra, asegura que "aquí puede empezar la tercera guerra mundial".Jaindrawa acusó a los abjazos de violar el acuerdo de alto el fuego de 24 horas acordado para el martes, que había sido fijado para facilitar la reunión que iban a celebrar el líder georgiano, Edvard Shevardnadze, y el presidente ruso, Borís Yeltsin, que finalmente fue pospuesta. Tanto losiliani como Jaindrawa creen que este encuentro se realizará porque Yeltsin "no deseará perder su cara de demócrata" y Shevardnadze "tiene que poder decir al pueblo que ha hecho todo lo posible por evitar que la gente siga muriendo". Pero confían en que dé ningún resultado.

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"No puedo entender qué puede dar de sí la reunión. Cuando la mujer engaña al marido y después le dice que no lo volverá a hacer, ¿usted le cree? Yo no" dice Iosiliani, que culpa a los rusos de la violación del acuerdo tripartito. Se aprovecharon de que los georgianos sí cumplieron y retiraron a sus hombres, explica. "Si yo no hubiera sacado a mis 300 mjedrioni de Gagra, jamás la habrían tomado", asegura, y agrega que los carros de combate que tienen los abjazos no son los que deciden las batallas en terrenos montañosos.

La mayor parte de la población de Sujumi, hermoso balneario de la costa del mar Negro, ha huido presa del pánico después de la caída de Gagra. Cada día, la gente que queda teme un ataque de los abjazos, y los esporádicos disparos y cañonazos que se escuchan de día y de noche les refuerzan en esa convicción. Los militares, sin embargo, aseguran que Sujumi están muy bien defendida y que no puede caer.

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