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Los desastres naturales bloquean el desarrollo de los países más pobres, recuerda la ONU

En 1991, un ciclón mató a más de 100.000 personas en Bangladesh. El volcán Pinatuho se ha cobrado 300 vidas desde que entró en erupción hace año y medio. El lunes pasado, un terremoto causó centenares de muertos en El Cairo. La ONU, en el Día Internacional de los Desastres Naturales, recuerda que éstos frenan el desarrollo de los países pobres y destaca la importancia de contar con ellos al planificar un desarrollo sostenible. En 1991 murieron en España 124 personas debido a temporales, aludes de nieve e inundaciones, que generaron pérdidas por valor de 74.000 millones.

El balance de los desastres naturales se cerró en 1991 con más de 150.000 muertos y desaparecidos -la inmensa mayoría eran asiáticos-, y 23 millones de personas (10 millones en China y otros tantos en Bangladesh) perdieron su hogar. Para su prevención, la ONU puso en marcha en 1990 la Década Internacional para la Prevención de los Desastres Naturales (IDNDR), y hoy celebra su día internacional."Los desastres naturales han planteado, y siguen haciéndolo, grandes amenazas al desarrollo sostenible", dice el secretario general de la ONU, Butros Gali, en su mensaje especial para este día. "Se pierden preciosos recursos para el desarrollo cuando a causa de un desastre desaparecen los resultados de la inversión", continúa.

Gali recuerda también que las actividades dedicadas al desarrollo se ven a menudo truncadas a causa de un desastre natural que asuela una región y exige auxilio y reasignar inversiones planeadas a largo plazo. "Al desviar recursos hacia las actividades de socorro se dificulta el avance hacia el desarrollo sostenible. La aplicación de una mala política de desarrollo suele tener como resultado daños al medio ambiente, que pueden, a su vez, causar desastres naturales o precipitar su aparición".

Destrucción del entorno

Es el caso, por ejemplo, de ciudades superpobladas que crecen a costa de la destrucción del entorno: barrios construidos en los cauces de ríos, deforestación que agrava las riadas y avalanchas de lodo o vertidos incontrolados que contaminan las aguas.

Las pérdidas económicas debidas a los desastres naturales, especialmente ciclones, tifones y huracanes, supusieron en 1991 un 0,21% del producto interior bruto mundial, según un estudio realizado en España por Francisco Javier Ayala, miembro del Comité Técnico Español de IDNDR. "La abrumadora mayoría de las víctimas se ha producido en los países menos desarrollados como consecuencia de la deficiencia de los sistemas de mitigación y la vulnerabilidad de la edificación e infraestructuras", concluye Ayala, del Instituto Geominero de España.

Aunque parezca un atentado contra la solidaridad y la compasión humana, la ONU insiste en que no hay que dar a la ayuda inmediata después de los desastres tanta importancia como a la prevención. Hacer menos vulnerables a las comunidades más expuestas facilitando el acceso a nuevas tecnologías de construcción, la planificación y la alerta son las claves. Un terremoto en Turquía causó un millar de víctimas en marzo de este año; en junio, California (EE UU) sufrió uno de los seísmos más fuertes registrados: un muerto. Es el ejemplo.

Vigilar a la naturaleza

La infraestructura para vigilar a la naturaleza sigue siendo objetivo prioritario de IDNDR. No se trata sólo de formar redes de satélites que detecten la formación de tifones, el riesgo de gota fría o la evolución de huracanes. En muchos países, el primer cuello de botella de la prevención de alerta es sencillamente la ausencia de miles de aparatos de radio que comuniquen la alarma a la población. "La investigación científica es fundamental para mejorar la prevención de los desastres naturales", comenta Pilar Bravo, director de Protección Civil, encargada en España de coordinar las actuaciones de la década. "En meteorología, por ejemplo, habría que mejorar la precisión científica de las predicciones".

La ONU pretende, con 10 años de investigación y asistencia a las zonas del planeta más vulnerables a los desatres naturales, llegar al año 2000 con una reducción drástica en las 1.126.000 víctimas mortales debidas en la década de los ochenta a terremotos, inundaciones, tifones y otros fenómenos naturales. Los daños materiales en esta década fueron de 4,5 billones de pesetas.

Riesgo de inundaciones en España

Por el número de víctimas que se han cobrado en 1991, los temporales son el principal desastre natural en España: 22 muertos y 54 desaparecidos. Estos son datos de la Dirección General de Protección Civil. A continuación, las estadísticas suman como factores de desatre aludes de nieve (20 muertos), rayos y tormentas (8) e inundaciones (8).Sin embargo, por su efecto general, el desastre natural con más incidencia en España son las inundaciones, según ha declarado Pilar Brabo, directora general de Protección Civil. "Ahora empezamos la época mala para las inundaciones, y todavía es pronto para hacer el balance de 199T2", dice Brabo. "Las recientes inundaciones de Asturias y Baleares han sido puntuales y no catastróficas", comenta.

Desde el pasado 30 de septiembre y hasta el 30 de noviembre, España está bajo alerta con el Plan de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos. "Protección Civil recibe cada 12 horas, durante estos tres meses, partes meteorológicos para 20 provincias de riesgo de inundaciones", explica Brabo.

Con estos datos y un seguimiento minuto a minuto, 24 horas al día, una red de información alerta a los gobiernos civiles, ayuntamientos y ciudadanos en caso de necesidad. "El plan funciona desde 1988 y es el único que existe en Europa. Países como Francia e Italia, que acaban de sufrir un centenar de muertos por inundaciones, están muy interesados en el plan que tenemos funcionando", continúa la responsable de Protección Civil.

Control de la construcción

En el control de la construcción para evitar que edificios, canalizaciones o carreteras agraven las situaciones, ya de por sí criticas, de las inundaciones "se está avanzando en España, pero es una tarea ingente", comenta Brabo. "Exige desde una conciencia del ciudadano al hacerse una casa hasta las medidas administrativas. La construcción ilegal es uno de los problemas más serios", añade.

Los incendios han sido catastróficos en 1992 por las víctimas que se han cobrado: 10 muertos en servicios de extinción. "Creo que estamos adquiriendo preparación para hacer frente a los desastres a ritmo acelerado", comenta Brabo. "Hace unos años, los desastres naturales en España se consideraban cosas sin remedio. Estar preparados no significa que se pueda evitar la inundación, pero sí sus efectos y tomar medidas para proteger las vidas humanas".

Para compartir las experiencia en la prevención de los desastres, y siguiendo el enfoque de solidaridad de la ONU para esta década, se celebrará en España, en 1993, una conferencia hispanoamericana.

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