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Los serbios se pronuncian sobre el adelanto de las elecciones

Los ciudadanos de Serbia votaron ayer en un referéndum acerca de la enmienda constitucional que permitiría la convocatoria de elecciones anticipadas en esta república. La consulta fue apresuradamente convocado por el Parlamento serbio, a pesar de las vehementes protestas de los diputados de la oposición, quienes argumentan que el cambio de la Constitución no es necesario para celebrar elecciones. La confusión de la pregunta, así como la exigencia de que el sí sea refrendado por más del 50% del cuerpo electoral para triunfar, invitan a pensar que la cúpula política serbia espera que el referéndum no tenga éxito.La mayoría de los electores no entiende lo que se está votando. La papeleta contiene el siguiente texto: "Papeleta para la confirmación de la primera enmienda de la Constitución de Serbia. Celebración de las elecciones antes del final de 1992". El contenido de la enmienda no ha sido difundido masivamente. Los medios de comunicación oficiales no han hecho nada para estimular la participación.

La oposición, que duda de la voluntad de la cúpula política de convocar realmente elecciones anticipadas, se dividió frente a la consulta. El Partido Serbio de la Renovación se pronunció a favor del boicoteo, al considerar que se trata de otra maniobra del poder. Otros partidos, a pesar de denunciar también la "manipulación", invitaron a pesar de todo a los ciudadanos a votar.

No se conoce el número exacto de los electores, que ronda los siete millones. El éxodo masivo de jóvenes huyendo de la movilización y el constante flujo migratorio hacia el extranjero han dejado sin efecto las listas electorales, y no se hicieron otras nuevas. Por ello, las autoridades permitieron el voto de los refugiados serbios procedentes de Croacia y de Bosnia, tanto más cuanto que éstos suelen apoyar fielmente a Slobodan Milosevic.

Se prevé de antemano que un 20% del cuerpo electoral, por lo menos, se abstendrá: los albaneses de Kosovo y los musulmanes de la región de Sandzak han anunciado que no acudirán. Los primeros no reconocen la jurisdicción de Belgrado, y los segundos desco nfian del procedimiento impuesto por el Partido Socialista Serbio de Milosevic. Entre un 25% y un 30% de los votantes habían acudido a las urnas antes del mediodía.

Si los pronósticos se hacen realidad y la enmienda es rechazada, el conflicto entre la cúpula política serbia y la federal se profundizará. El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, seguirá considerando como acertada su política belicista. Según él, las sanciones económicas no van dirigidas "contra el régimen" sino contra el propio pueblo serbio. A pesar del embargo y la pauperización masiva, Milosevic conserva gran parte de su electorado. Los últimos sondeos señalan que la población rural, los jubilados, las capas sociales bajas, el Ejército y la policía, forman el grueso de sus seguidores.

La cúpula federal, por su parte, es decir el presidente yugoslavo, Dobrinca Cosic, y el primer ministro, Milan Panic, ha demostrado flexibilidad durante las negociaciones. Ambos saben que las elecciones, e implícitamente el cambio de poder en Belgrado, representan una de las condiciones previas a la abolición del embargo. "Las elecciones deciden sobre la supervivencia de nuestro Estado", aseguró Cosic.

La situación militar en Bosnia-Herzegovina, por otra parte, era ayer de relativa tranquilidad en Sarajevo, mientras proseguían los combates en el norte, especialmente en Gradacac. La presidencia bosnia protestó ayer ante la ONU contra la intervención, el sábado, de la aviación serbia en esta ciudad, a pesar de la resolución del Consejo de Seguridad que prohibe los vuelos militares sobre esta república.

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