Dos películas policiacas acaparan los premios del festival de Sitges
La producción belga C'est arrivé près de chez vous, de Rémy Belvaux, André Bonzel y Beno'it Poelvoorde, que obtuvo los premios a los mejores filme y actor, y la estadounidense Reservoir dogs, de Quentin Tarantino, mejores dirección y guión e igualmente galardonada con el premio de la crítica, han sido las grandes ganadoras de la 25ª edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges.Él resto del palmarés muestra un notable eclecticismo a la hora de repartir premios y menciones, y tiene su aportación más exótica en el premio a la mejor actriz, incomprensiblemente otorgado a la taiwanesa Joey Wang.
El jurado, compuesto por la actriz estadounidense Ellen Burstyn, el periodista y escritor Ramón de España, el maquillador británico Stuart Freeborn, el director Stuart Gordon, el productor Carles Jover y el crítico e historiador francés Philippe Rouyer, otorgó un palmarés no ya esperado, sino sencillamente obvio. Ninguna de las otras producciones incluidas en la flojísima programación de esta 25ª edición puede compararse a las dos premiadas.
No obstante, hay que apuntar que el orden preferido por el jurado resulta en todo punto discutible, toda vez que Reservoir dogs es muy superior a su rival, que, no obstante y a pesar de su excesivo metraje, ha sido la preferida como mejor película.
Veredicto útil
Tal vez la forma de entender este veredicto -discutible como cualquiera de su especie, y mucho más en un festival que reparte más de una decena de galardones- esté más en su utilidad con vistas al mercado que en los propios valores artísticos de cada filme: Reservoir dogs ya tiene fecha de estreno, y a su principal intérprete, Harvey Keitel, uno de los mayores actores norteamericanos de nuestros días, no le hace ninguna falta un galardón suburense para llamar la atención sobre su trabajo. Pero tal vez sí le sirvan, junto al galardón de mejor película, al sorprendente Benoit Poelvoorde, codirector y principal intérprete del filme belga, aunque su talento sea infinitamente menor que el de Keitel.
Del resto del palmarés destaca, por su evidente exotismo, el premio concedido a Joey Wang por su trabajo en Una historia china de fantasmas III: esto no es un premio, es una broma. Las muecas de muñeca oriental que hacía la señora Wang no deberían ser confundidas con una interpretación, mucho menos por un jurado en el cual estaba Ellen Burstyn, antigua profesora del Actor's Studio.
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