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Serrat se queda sin voz ante 3.000 personas en Nueva York

El cantante Joan Manuel Serrat se quedó afónico ante 2.750 espectadores que habían acudido la noche del viernes a verle en el Lincoln Center de Nueva York. Serrat, que al principio del concierto había tratado de sobreponerse a su catarro, se vio obligado a interrumpir su canción Para la libertad cuando había transcurrido una hora de la actuación. "Esto no me había pasado en los 27 años que llevó cantando; voy a seguir por ustedes, pero no estoy en condiciones de ofrecerles lo que merecen. Quiero que sepan que los que quieran recuperar el dinero de su localidad pueden hacerlo", dijo Serrat ante una audiencia que estalló en aplausos y se mantuvo en su asiento hasta el final. "Te queremos hasta mudo", le gritaban en español los espectadores que habían pagado hasta 40 dólares (más de 4.000 pesetas) para escucharle.Los admiradores de Serrat se quedaron a su lado durante más de dos horas de concierto, en las que el cantante demostró su capacidad para contar historias y para emocionar a 2.750 personas cantándoles sin voz. Serrat, que había dicho a su llegada a Nueva York que sus nuevas canciones pretenden ser "un reclamo para que volvamos a reinventar las utopías que hemos ido perdiendo", se encontró con la audiencia ideal para inventar el sueño colectivo que su voz no podía ofrecer.

Algo más que una actuación

El concierto del cantante catalán, que desde dos semanas antes de la gala había colocado el cartel de no hay localidades, se convirtió en algo más que una actuación. Serrat habló con los espectadores y éstos le respondieron con la misma solidaridad que él intenta transmitir en su obra."Hay que ver, con las ganas que tienen ustedes de aplaudir y lo poco que yo les puedo ofrecer", decía Serrat ante un público al que parecía importarle poco la calidad de su voz.

"Decía Charles Aznavour que los cantantes de 20 años hablan con su público por un deseo de exprimirse, con esa urgencia que sólo la energía de esos años da. Con 30 años se hace por un deseo de puntualizar y a partir de los 40 por una mera necesidad de recuperar el aliento", les contó el cantante, de 48 años, que repasó con ellos las canciones que le acompañan desde siempre "por esos mundos de Dios" y las del nuevo disco, Utopía. "Hoy me hubiera ido en la segunda canción si no hubiera sido porque ustedes han tirado del carro y han aguantado el tirón", confesó el cantante emocionado. Los aplausos del público le obligaron a intentar un bis con el Golpe a golpe, de Machado; para entonces los espectadores ya cantaban a medias con él. "Todo estaba a favor, el público, el lugar y yo allí en medio sin poder andar. Los que no se dedican a la música no lo pueden entender, ha sido como si me hubiera quedado sin piernas", se lamentaba Serrat al finalizar su actuación en el prestigioso auditorio neoyorquino, donde actuaba por primera vez.

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