El PP afirma que el presupuesto de 1993 acarreará más crisis, más paro y menos convergencia
"Los Presupuestos del Estado para 1993 no son restrictivos; son más de lo mismo, es decir, más crisis, más destrucción de empleo, menos apuesta por la economía real y menos convergencia económica", sentenció ayer el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Rodrigo Rato. No son restrictivos, según Rato, porque "el gasto público va a crecer mucho más que la economía" y no contienen "medidas legales o estructurales para controlarlo o reducirlo".El Partido Popular presentó ayer una enmienda de totalidad a los Presupuestos del Estado, pidió su devolución al Gobierno, y pospuso -hasta el próximo 26 de octubre- la exposición de las partidas concretas que este grupo recortaría para lograr unos presupuestos realmente restrictivos.
Entre esas partidas no se encontrará ningún recorte del gasto de pensiones, contra lo que propuso el miércoles el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas. El portavoz del PP se desmarcó de la CEOE en una medida de claro coste electoral. A cambio, Rato propuso una reforma global de la Seguridad Social -que no explicó- para evitar que el pago de las pensiones resulte imposible por falta de fondos. También el coordinador de Política Económica del PP, Luis Gámir, rechazó ayer una reducción en las pensiones y matizó que lo que su partido propone es que "las pensiones reales aumenten mediante una disminución de la tributación fiscal de los pensionistas".
Como avance de las propuestas de recorte presupuestario del Partido Popular, Rodrigo Rato enumeró la "reducción del exceso de burocracia, de altos cargos y de organismos autónomos, así como la liberalización de la Sanidad, la Educación y el Inem". Rato, no obstante declinó la invitación del presidente del Gobierno, Felipe González, de presentar un proyecto de presupuesto alternativo.
"Si ni siquiera sabemos cuál es el déficit público real de los últimos años, cómo vamos a elaborar un ' presupuesto alternativo", comentó. Por este motivo, el principal partido de la oposición concentrará sus intervenciones parlamentarias sobre el proyecto de presupuestos del Gobierno en tres críticas ya utilizadas en anteriores ocasiones: no tiene credibilidad, no se cumplirá y es continuista.
La acusación de falta de credibilidad obedece, según el PP, a que las previsiones presupuestarías se incumplen año a año, por lo que no hay Motivo para confiar en ellos en 1993. Como ejemplos de incumplimiento, Gámir comentó que "el presupuesto de 1991 preveía un déficit de medio billón de pesetas y se cerró con un desequilibrio de 1,5 billones". Añadió que este año "ocurrirá lo mismo, porque en mayo ya se alcanzó la cifra prevista para todo el ejercicio".
Otro motivo que justifica, según el PP, esa falta de credibilidad es la existencia de "un agujero negro en las finanzas públicas". Según Rato, distintos altos cargos de la Administración han reconocido en sus comparecencias en el Congreso que hay las siguientes cuentas por pagar: En el Insalud, entre 450.000 y 500.000 millones de pesetas; en el MOPT, entre 80.000 y 120.000, y en el Inem, entre 300.000 y 400.000.
Una prueba de que esos "agujeros negros existe", según Rato, es "el préstamo que el presupuesto de 1993 realiza a la Seguridad Social por un importe de 140.282 millones y que deben destinarse a cubrir las deudas anteriores a 1991 ".
Todas estas deudas que el PP asegura que existen y que el Gobierno no reconoce "elevan el déficit público real de los últimos años y minan la credibilidad del Ejecutivo". Para subrayar este argumento, el portavoz del PP comentó que el proyecto de presupuestos no incluye dos partidas que sí- están reconocidas. La primera es el pacto autonómico que, según el PP, exige un desembolso. al Estado de 150.000 millones de pesetas. El segundo es la subida que se pactará con los funcionarios y una "segura" desviación en los gastos corrientes. Rato cuantificó esta, segunda factura en otros 140.000 millones.
Tras reiterar que el presupuesto no se cumplirá, el PP concentra su segunda línea de ataque en decir que no es restrictivo. Para ello, compara la cifra de gastos para 1993 con el presupuesto inicial de 1992, y no con el más alto que luego aprobaron las Cortes, "porque esa expansión se aprobó con los votos del partido del Gobierno y no con los del PP".
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