El Ivima desaloja un bloque que construyó hace seis años porque se mueven los cimientos

Las 12 familias que viven en el 148 de la calle de Benjamín Palencia, en Palomeras (Vallecas), hicieron ayer una nueva mudanza, seis años después de abandonar sus chabolas para acceder a estas viviendas públicas. El pasado domingo, una de las zapatas del edificio se movió, y las grietas, que los vecinos llevaban meses denunciando, se abrieron más de la cuenta. Un escape de agua se apunta como causa del fallo en la cimentación. El martes, el Instituto de la Vivienda (Ivima), que construyó el bloque, obligó a evacuarlo. Sus habitantes están alojados ya en otras viviendas sociales.

"No era nada, no era nada, y, zas, en un día, a hacer las maletas". Éste era ayer un comentario habitual entre los vecinos del bloque. La aparición de grietas en la fachada y en el interior de las viviendas ya había sido denunciada anteriormente ante el Ivima (instituto dependiente de la Comunidad de Madrid), según aseguran, Joaquín Vicente y Carmen Aguayo, presidentes de la comunidad. "Los inspectores han acudido dos o tres veces, pero siempre decían que no era grave", añaden.Todavía no se conocen las causas exactas por las que. se han movido los cimientos de este edificio, incluido entre las 112.000 viviendas del Programa de Barrios en Remodelación. La directora gerente del Ivima, Milagros Calle, explica que, según los informes previos, "un escape de agua, potable o residual, lavó la cimentación e hizo que una de las zapatas girase sobre sí misma, lo que abrió grietas por todo el bloque".

El pasado domingo el edificio sufrió un crujido especialmente fuerte. Las fisuras, ya existentes según los vecinos, se abrieron varios centímetros y aparecieron otras nuevas de mayor profundidad. Todo ello en, un lado de la casa, el que corresponde a la mano B.

Los vecinos, alarmados, llamaron a los bomberos, que pusieron testigos -una especie de fuertes grapas- en las grietas. Al día siguiente, una representación de los habitantes del inmueble acudió al Ivima. Este organismo obligó a desalojar el edificio y ya el martes nadie durmió en él.

La responsable del Instituto de la Vivienda asegura que "el bloque no amenaza ruina". "Ha sido desalojado como medida preventiva y para permitir los trabajos de reparación", añade. Las comunidades de vecinos de los portales 132, 134, 136, 138, 142, 144 y 146 de la misma barriada también han detectado grietas en sus viviendas. Pero, según Calle, "todos los edificios sufren fisuras hasta que se asientan y por ahora sólo hemos encontrado indicios preocupantes en el ya desalojado".

El bloque dañado ofrecía ayer una actividad frenética. Sus habitantes se empleaban en empaquetar todos los muebles y pertenencias. Dos camiones de mudanzas esperaban junto al portal.

Manuel Vega, de 73 años, y su esposa, propietarios de una de las casas más agrietadas, en la planta baja, abandonaban su domicilio con una mezcla de pesadumbre y alivio. "Las rajas llevaban tiempo, pero desde el último fin de semana nos daba miedo vivir aquí", afirman. En los pisos tercero y quinto de la misma mano el deterioro es también considerable.

Las 12 familias han quedado alojadas en otras viviendas recién construidas por el Ivima, también en Palomeras.