Los aplazamientos continuos de la concertación provocan discrepancias en la dirección de CC OO
Los aplazamientos continuos por parte del Gobierno de la concertación social están provocando problemas y discrepancias en la dirección de CC OO. El sindicato se comprometió la primavera pasada a estudiar después del verano movilizaciones e, incluso, una nueva huelga general, si el Gobierno no atendía sus demandas. Ahora el sector que lidera Marcelino Camacho pide que se aplique esa resolución y en el consejo confederal previsto para los días 13 y 14 propondrá la convocatoria de movilizaciones.
La resolución adoptada en marzo pasado por el consejo confederal de Comisiones Obreras, máximo órgano de decisión entre congresos, era clara: promover una escalada de movilizaciones sostenida en el tiempo, en tanto el Gobierno no atendiera sus reivindicaciones. Esa escalada se inició con la huelga general de cuatro horas del pasado 28 de mayo y se dejó para después del verano la concreción de las fechas de nuevas movilizaciones.El consejo confederal de CC OO se debería haber reunido de nuevo en septiembre pasado, pero se demoró el encuentro ante los repetidos anuncios del Gobierno de un proceso de diálogo social. Ese compromiso aún no se ha concretado y, aunque ha habido varios contactos informales, el Ejecutivo sigue sin convocar a los agentes sociales.
Primero se demoró a la espera de la asamblea general de CEOE, después por la elaboración del anteproyecto de presupuestos generales para 1993 y ahora sigue sin fijar fechas para las reuniones oficiales de las distintas mesas negociadoras, pese a la disposición total e inusualmente abierta al diálogo tanto de los sindicatos como de la patronal CEOE.
Iniciativa del Gobierno
Esa falta de iniciativa por parte del Gobierno y, en consecuencia, el que no se haya conseguido pacto alguno, es un argumento utilizado por el sector de Comisiones que lidera su presidente, Marcelino Camacho, para proponer nuevas movilizaciones. Otros miembros de la dirección del sindicato comparten esa opinión, entre ellos Agustín Moreno y Salce Elvira, quien cree que "el Gobierno está paralizado, nervioso y sin rumbo". Por eso defiende que se acuerden "movilizaciones sostenidas y medidas de presión, sin necesidad de llegar a la huelga general", aunque admite que otros miembros de la central sí pueden estar pensando en la máxima acción de protesta.Frente a ello, está la postura defendida por el secretario general del sindicato, Antonio Gutiérrez, y el sector mayoritario de CC OO, proclives a agotar antes todas las vías posibles de diálogo.
La dirección de UGT, en cambio, no tiene un mandato cerrado de su máximo órgano de decisión -el comité confederal- y puede tomar las decisiones que considere oportunas sin tener que convocar previamente al citado comité.
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