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Epidemia de poliomielitis en el oeste de Holanda

Isabel Ferrer

La inspección del ministerio holandés de Sanidad y los servicios médicos públicos en la provincia de Holanda del Sur, al oeste del país, han anunciado la presencia de una epidemia de poliomielitis (parálisis infantil) en Streefkerk y en Alblasserwaard, una localidad y un pólder (tierra ganada al mar) de la zona. El área de riesgo incluye ciudades como Rotterdam y Delft y otras dos regiones próximas, norte de Zelanda y oeste de Gelderland. En ellas viven comunidades protestantes ortodoxas y calvinistas que rechazan cualquier tipo de vacuna por motivos religiosos. En 1956, una gran epidemia de polio dejó paralíticos. a 1.784 de los 2.206 afectados. En 1978, un bebé murió y 25 personas sufrieron graves secuelas. Como ha sucedido ahora, en ambos casos la enfermedad surgió entre los miembros de dichas confesiones.

Reservas religiosas

Los grupos que se niegan a vacunarse aducen que los medicamentos destinados a prevenir una enfermedad contradicen los designios de la providencia divina. Sí pueden aceptar un tratamiento cuando el mal ha hecho su aparición. Algunos matrimonios jóvenes deciden proteger a sus hijos y ello provoca conflictos con sus mayores.En esta ocasión, el único enfermo con síntomas de parálisis es por ahora un muchacho de 14 años, alumno de un colegio calvinista en Rotterdam. En su población natal, Streefkerk, cercana a la ciudad portuaria, han sido descubiertos "varias decenas de casos de infección en personas que no han desarrollado la poliomielitis", según Sanidad.

La campaña de vacunación ha sido restringida por el momento a las tres provincias de riesgo. El eco obtenido entre la población ha sido enorme incluso fuera de éstas provincias. Tanto que Sanidad ha debido comprar nuevas dosis a países como Canadá y establecer un calendario de prioridades para atender a todos. Algunos epidemiólogos holandeses han señalado que la campaña de protección se ha exagerado. Para ellos, los riesgos de infección fuera de las comunidades religiosas son inexistentes, como se ha demostrado en anteriores epidemias.

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