Precisiones históricas

Pienso que lleva razón el señor Alfredo Anadón, de Madrid, cuando señala la inexactitud de la expresión "reino catalano-aragonés". En efecto, Cataluña jamás fue un reino. Sin embargo, yo le rogaría al señor Anadón que no se diese por ofendido, que no es para tanto. Veamos: Ramón Berenguer III, conde de Barcelona, casó con Petronila, hija única de Ramiro I de Aragón, el Monje. Éste, considerando que con ello dejaba su reino en buenas manos, se retiró al convento. En consecuencia, los descendientes de la pareja ostentaron el doble título de condes de Barcelona y reyes de Aragón, con capitalidad en Barcelona. Esta doble titularidad no supuso la fusión de ambos territorios, sino más bien una unión de corte federal (a la que posteriormente se añadieron Valencia y Mallorca). Ambos territorios conservaron su identidad, sus instituciones, usos y costumbres, y al propio tiempo mantuvieron una estrecha cooperación en materia política, económica y de defensa. En las Cortes Generales de Jaume I, que eran itinerantes, estaban representados los cuatro territorios citados y sus sesiones se celebraban ora en un suelo, ora en otro, de tal modo que nadie pudiera vanagloriarse de tener primacía sobre los demás.En consecuencia, pienso que también es inexacta su afirmación de que "Cataluña formaba parte de la Corona de Aragón", como si de una "posesión" aragonesa se tratase. No lo era.-