La ley de contratos no es una panacea contra la corrupcion, según Borrell

El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, rechazó ayer en Sevilla que el proyecto de ley de Contratos de las Administraciones Públicas, aprobado el viernes por el Consejo de Ministros, sea la panacea para acabar con las irregularidades en la adjudicación de obras públicas. "A veces tenemos una confianza excesiva en las leyes, que deben estar orientadas a evitar situaciones que nadie desea, pero que por sí solas no pueden ser la garantía absoluta de que el comportamiento de las personas quede al margen de posibles desviaciones en sus funciones", dijo.A la pregunta de si la nueva ley llega demasiado tarde a la vista de algunos de los procesos abiertos contra cargos públicos por su presunta participación en concesiones irregulares, Borrell, quien dijo desconocer de qué casos se estaba hablando, respondió que la ley "era muy necesaria y tiene la pretensión de levantar cualquier sombra de duda sobre los procesos de contratación del Estado, pero este no es su único objetivo".

"Se ha puesto el énfasis en este punto, pero ésta es una ley modernizadora que agiliza los procesos, los hace más eficientes y garantiza que la participación de todos en la contratación se haga utilizando toda la tecnología de finales del siglo XX y no de finales del siglo pasado", añadió el ministro.