El dólar registra la cotización más baja de su historia frente al yen, que se ha convertido en una moneda 'refugio'
El dólar estadounidense registró ayer la cotización más baja de su historia contra la moneda japonesa al venderse a 119,65 yenes en una sesión donde se negociaron 7.154 millones de dólares, casi un 10% más que el pasado lunes, jornada también nefasta para el billete verde. Japón, para bien y para mal, está sufriendo las consecuencias de las sacudidas monetarias registradas en Europa y Estados Unidos. El superávit comercial nacional aumentará a corto plazo, pero los exportadores nipones temen que, de mantenerse la apreciación del yen, sus mercancías se encarezcan demasiado en el mercado norteamericano y los pedidos disminuyan.
Una razón fundamental para la subida en flecha del yen todos estos días fue la declaración efectuada por el departamento del Tesoro norteamericano apuntando que a la Administración no le preocupa la caída de la paridad del dólar respecto a la moneda japonesa. Los cambistas anticiparon una reducción en el tipo de descuento oficial estadounidense y se disparó entonces una fiebre, vendedora por los especuladores que provocó la caída record. Dado el superávit en la balanza de pagos japonesa, estimada en 100.000 millones de dólares a finales de año, tampoco es sorprendente la apreciación de su moneda en las actuales circunstancias.
La sesión de ayer pareció contradecir al presidente del Gobierno, Kiichi Miyazawa, quien había declarado el viernes pasado que no existen razones para la alarma. "Sería un problema si la revaluación del yen fuera producto de la especulación o si la fluctuación fuera volátil; pero no es el caso en los actuales movimientos", dijo. El presidente de la Agencia Nacional de Planificación Económica, Takeshi Noda, manifestó ayer que Japón aplaude una gradual revaluación pero no cambios bruscos en la paridad "no importa cual sea la dirección".
El analista económico Ken Koshiba considera, por su parte, que "la aprobación oficial de un dólar más débil" fue tomada en los corros como una tácita admisión del estancamiento económico de Estados Unidos y de su incertidumbre política.
Caída de la bolsa
El miedo de los inversores a un fuerte descenso de los beneficios exportadores colaboró en gran medida en la caída de 422 puntos que tuvo ayer el índice Nikkei, que se situó al cierre de la sesión en 17.972 yenes. La debilidad de la moneda estadounidense generará, por otra parte, una mayor competitividad de la industria norteamericana y por tanto de sus exportaciones.
El yen ha sido considerado como un depósito seguro frente a las convulsiones experimentadas por el Sistema Monetario Europeo pero su rápida revaluación, que fuentes oficiales calculan no se prolongará por mucho tiempo, ha disparado la alarma entre gran parte del empresariado nipón exportador -fundamentalmente en los sectores automovilísticos y electrónico-, cuyas acciones en la Bolsa de Tokio resultaron negativamente afectadas por la revaluación. Gaishi Hiraiwa, presidente de la Federación de Organizaciones Económicas, cree que el súbito poderío del yen no es deseable en los actuales momentos de la economía nacional, e instó al gobierno a tomar medidas de apoyo, si una posterior apreciación no puede ser evitada. De todas formas, y como uno de los efectos más inmediatos, bajarán los precios al abaratarse las importaciones.
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