¡No va más!

La inestabilidad en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME), que culminó con la salida de la libra y de la lira del mecanismo de cambios y con la devaluación de la peseta en un 5%, ha sumido a las empresas en la parálisis. A la espera de acontecimientos, los empresarios no se atreven a tomar decisiones. La incertidumbre ha sido la primera consecuencia de la tormenta. Exportadores, fabricantes de coches, empresarios del turismo y responsables de empresas públicas examinan sus libros para saber lo que perderán o ganarán hasta fin de año.

En principio, ganan los empresarios que venden en dólares. Pierden las empresas endeudadas en divisas y aquellas que dependen de la fortaleza de la peseta para mantener sus ingresos.Un claro ejemplo de empresa teóricamente beneficiada por la devaluación de la-peseta es Seat. Sus productos, tras la devaluación, son más fáciles de vender en el exterior. Son más baratos. El pasado año la sociedad automovilística ingresó del exterior 330:000 millones de pesetas por sus vehículos. Fuentes autorizadas de, la empresa recalcan, de todos modos, que exportan a 24 países con diferentes monedas. No obstante, reconocen que Alemania es el principal mercado y de ahí que tenga incidencia la medida.

El director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches (Anfac), Enrique Fernández Laguilhoat, distingue, no obstante, entre los beneficios teóricos que supone la posibilidad de vender más al exterior y la rentabilidad real que obtengan en las empresas en un contexto de incertidumbre generalizada.

Cambio de reglas

"Nada nos puede hacer más daño que la inestabilidad" asegura Fernández Laguilhoat " cerrar operaciones cuando cambian la reglas de un día para otro no es fácil. Hay desconcierto". La Asociación tiene clara la radiografía del año hasta mayo -841.490 turismos producidos y 590.319 exportados-. A partir de ahora, sólo hay teorías.El secretario general del Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), José Gallego, coincide en que la característica del momento es la incertidumbre. "Ni siquiera está claro que la devaluación de la peseta aumente las exportaciones" dice. Eso sí, prevé un aumento de los seguros que cubren los riesgos del cambio entre monedas, un mecanismo que, según afirma, no era muy utilizado por las empresas.

Un seguro de esta clase es lo que hubiera necesitado Pablo Gutiérrez, propietario de una empresa mediana cuya actividad principal consiste en importar fibra textil de Suiza para la construcción y la Administración. "Desde que se ha producido la devaluación de la peseta, mis importaciones, dice "las pago un 12% más caras que antes, ya que a la pérdida de valor de la peseta hay que añadir la subida de los aranceles e impuestos. Ahora tengo dos soluciones para seguir adelante con la empresa. O reducir mis beneficios en un 12% o bien aumentar el precio al cliente final en ese porcentaje lo que entraña un riesgo claro de que pierda mercado".

Todo un dilema. Reducir beneficios o aumentar precios. Las agencias de viaje también lo sufren. Félix Arévalo, director de la Asociación de Agencias de Viaje, en un primer y lógico balance explica que "la devaluación beneficia al turismo receptivo [España es más barata para el turista extranjero] y perjudica al turismo emisor [los españoles tienen menos poder adquisitivo]". Pero no es un empate entre ventajas e inconvenientes. "La gran mayoría de productos de viaje" explica "cotizan en dólares." Es decir, habrá que pagar más pesetas por ellos y muchas empresas saldrán perjudicadas. No hay datos sobre cancelaciones de reservas.

Tampoco tiene muy clara la situación Lorenzo Forosté, de Sabamatex, un consorcio exportador de maquinaria textil: "La devaluación es una medida beneficiosa para nosotros, pero ha sido muy pequeña, deberia haber llegado al l5%". "La situación" prosigue "es de confusión y desconcierto para todos".

Mejora de resultados

Para Antón Echeverría, de Debako, un consorcio exportador de bienes de equipo, los últimos acontecimientos monetarios suponen una mejora inmediata de resultados. Venden maquinaria a Alemania, Francia y Estados Unidos "en marcos, francos y dólares". Más beneficios inmediatos, pero con una sombra: "El futuro" asegura Echevarría "será malo".El futuro preocupa, y mucho a los responsables de las grandes empresas españolas. Los presidentes de las compañías eléctricas quieren que las tarifas compensen el aumento de su deuda. El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, ha descartado la posibilidad. También lo ha hecho el presidente de Telefónica, Cándido Velázquez, cuya empresa, según dijo compensa el aumento de cargas financieras con los mayores ingresos derivados de la apreciación del dólar frente a la peseta. El resumen de la situación es la parálisis. Lo único seguro, como en el caso del importador Pablo Gutiérrez, es que los empresarios saben, al detalle, cuántos empleados tienen en plantilla y con cuántos se podría asegurar un mínimo de actividad. No va más.