El Gobierno de Leguina plantea el uso de cañones de nieve artificial para revitalizar la sierra
Los cañones de nieve artificial han vuelto a tronar en Madrid después de más de tres años de silencio. La Comunidad pretende ahora recurrir a la artillería -agua proyectada a dos grados bajo cero- para revitalizar las alicaídas pistas de Navacerrada y Valdesquí. Esta semana, el Gobierno de Joaquín Leguina aprobará el Plan del Guadarrama: un proyecto que tardará más de un lustro, y que aún no tiene presupuesto, para que en 20 pueblos serranos haya todo el año más bicicletas de montaña y menos coches. Y más esquiadores.
Ecodesarrollo. Protección activa del medio ambiente. Son algunos de los conceptos que se manejan en la propuesta que, previsiblemente, debatirá este jueves el Gobierno de la Comunidad para que el Guadarrama se parezca más al Tirol suizo. En principio, se trata de que por cada peseta de inversión pública en carreteras o reforestación se gaste otra, de capital privado, en actividades hosteleras o deportivas. Jaime Lissavetzky, consejero de Educación y Cultura, confía además en recabar fondos de la Comunidad Europea para la mejora de la calidad del turismo: un 15% del total del proyecto.Sin embargo, la Asamblea de Madrid decidió en 1989 que en la sierra madrileña los copos sólo pueden caer del cielo. Había que impedir la construcción de un millar de viviendas junto a la estación de Valcotos, la que en invierno suele tener menos nieve en sus pistas.
En 20 estaciones de esquí españolas funcionan un total de 1.092 cañones de nieve, según Lissavetzky. Las pistas de Aragón, Cataluña, Castilla y León, Galicia, Andalucía y Cantabria han recibido autorización para. producir nieve artificial.
El consejero considera que los cañones son necesarios para mantener la actividad en las pistas de Valdesquí, privadas y de Navacerrada, de titularidad pública. En su opinión, la nieve artificial no se aplicaría en las cumbres sino en las zonas destinadas a los esquiadores principiantes.
Entre las propuestas del plan de revitalización de la sierra figura la coordinación de las pistas de Valdesquí y Navacerrada para triplicar su superficie esquiable, según el modelo de gestión compartida de estaciones aplicado en el Pirineo aragonés o catalán. Unos 300.000 esquiadores acuden durante la temporada invernal a las tres pistas madrileñas.
Sentencia favorable
Una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid reconoció en 1990 el derecho de los propietarios de Valcotos para edificar en las inmediaciones de las pistas. Pero aún no hay construcciones en la zona. "Si la sentencia les fue favorable no sé por qué no construyen, tal vez porque no tienen salida en el mercado", sugiere Lissavetzky, para quien Valcotos es "un problema distinto al de las otras dos pistas madrileñas: se encuentra en la zona de protección ecológica de la laguna de Peñalara".Los ecologistas prefieren la pesca submarina al esquí alpino. "¿Por qué se empeñan en fabricar nieve si en Madrid nieva poco? En Guadarrama, cuando la temperatura baja de cero, nieva, y si no, no se puede poner en marcha los cañones", asegura Santiago Martín Barajas, responsable de la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza. A su juicio, el proyecto de la Comunidad es "peligroso,". porque los cañones de nieve "no son rentables si no van acompañados de apartamentos".
Tres municipios madrileños -Rascafría, Cercedilla y Navacerrada- y el segoviano de La Granja concentrarán la mayor parte de las inversiones del Plan de la Sierra del Guadarrama. Sus programas se extenderán a otros 18 pueblos cercanos, que en total suman 100.000 residencias de fin de semana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.