Plan de Bonn para restringir la inmigración en un 70%
Rudolf Seiters, el ministro del Interior alemán, presentó ayer el primer proyecto de la Unión Cristiana Democrática (CDU, el partido del canciller Helmut Kohl) para la reforma del ya famoso artículo 16 de la ley fundamental que regula el generoso derecho de asilo. El objetivo es reducir en un 70% la solicitudes de acogida. Según la CDU, la causa de que, en lo que va de año, más de 300.000 personas se hayan acogido a él, provocando la ola de violencia contra los extranjeros, descansa en este precepto. Como prueba de las grandes discrepancias que la reforma suscita, los primeros en descalificar el proyecto de Seiters han sido sus socios liberales en el Gobierno de Bonn.Para los liberales, la propuesta democristiana rompe el pacto previo sobre el tema, ya que pretende cambiar el derecho de asilo, al menos el individual, por una simple declaración estatal de garantías basándose en la Convención de Ginebra para refugiados.
Durante todo el fin de semana y en los últimos días ha continuado la violencia neonazi, centrada especialmente en la ciudad báltica de Wismar, muy cercana a Rostock, donde se inició a finales de agosto la ola de xenofóbia.
El ministro del Interior ha presentado un proyecto de ley destinado a facilitar la labor de la policía en sus enfrentamientos con los grupos de extremistas de derecha que protagonizan los ataques contra los albergues para refugiados. Seiters quiere que sea más fácil detener a estos elementos, para lo que propone la creación de un departamento policial que siga la pista de los grupos neonazis.
Lo más importante de este proyecto es que la policía podrá detener a cualquiera que, en una algarada, no cumpla inmediatamente las órdenes de retirarse. Además, los arrestados no serán puestos en libertad condicional, como ahora ocurre, sino que deberán permanecer en prisión hasta ser juzgados.
En cuanto al proyecto de reforma constitucional del derecho de asilo, Seiters asegura que su propuesta reduciría en un 70% el número de peticionarios de asilo, que deben ser alojados y mantenidos por el Gobierno mientras se ve su caso. La regla más importante es la que afectaría a quienes se les niegue el asilo y procedan de países donde se considera que no hay persecución política. En lugar de recurrir la decisión, como sucede ahora, y seguir bajo la tutela del Gobierno alemán mientras se ve el caso, deberán volver a su país para recurrir.
Forzados a huir
Una acción "global y concertada" por parte de la comunidad internacional encaminada a una actuación preventiva que elimine las causas que han forzado a 17 millones de personas a abandonar sus hogares y pedir refugio en un país distinto es el elemento claves para resolver la amenaza de desestabilización provocada en Europa por la avalancha de refugiados, según los participantes en las jornadas sobre Derecho de asilo y migraciones en la Comunidad Europea, que ayer se inauguraron en Madrid, informa Ana Camacho."La situación es terrible", subrayó en su intervención James Glynford, ponente de la Comisión de Investigación del Racismo y la Xenofobia del Parlamento Europoeo. Al referirse al caso de quienes aprovechan las leyes de asilo y refugio par a salvar la barrera impuesta a los emigrantes económicos, otros ponentes, como Guy Goodwin Gill, director del International Journafof Refugee Law, subrayaron que sólo la prevención, a través de políticas de desarrollo en el Tercer Mundo, podrán parar "la irrefenable voluntad humana de sobrevivir" de quienes se ven obligados a buscar una existencia mejor fuera de su país, como es el caso del Magreb.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.