Del aborto
Leyendo y oyendo estos días en los diversos medios de comunicación las opiniones de los obispos sobre la ley de despenalización del aborto, da la impresión de que dicha ley dice que se debe abortar, que es bueno y que ya está bien, venga, todo el mundo a abortar. Y no es eso. Lo único que se pretende con la ley de la despenalización del aborto es que una cosa que es por lo menos discutible -si es o no es quitar la vida a una persona humana, dependiendo del tiempo de gestación del feto, etcétera- quede a la conciencia individual de cada uno, según su moral y su religión; pero que no sea castigado judicialmente.Yo admito, aunque como cristiano no lo comparto, que los prelados digan que la mujer que aborta comete un pecado grandísimo y que será castigada con penas horribles y eternas en el infierno, pero de eso a querer que se castigue judicialmente una cosa que en una sociedad democrática la mayoría dice que no (si es que lo dice), no lo admito.
Debemos acostumbrarnos a que en una sociedad democrática no hay verdades absolutas, sólo hay verdades estadísticas, si de ellas se derivan consecuencias para los miembros de esa sociedad. Si la misma existencia de Dios acarrease algún conflicto a la sociedad y la mayoría dijese que Dios no existe, habría que aceptarlo.- José Luis Lobera Álvarez.
