La mortal terapia de la doctora Bean-Bayog
Una psiquiatra se enfrenta a una acusación de abuso sexual sobre un paciente que se suicidó
Los círculos psiquiátricos norteamericanos están revolucionados con el caso de la doctora Margaret Bean-Bayog, de 48 años, acusada de abuso sexual sobre uno de sus pacientes. Todo comenzó en abril de 1991, cuando Paul Lozano, un estudiante de Medicina de la Universidad de Harvard, acabó con su vida con una sobredosis de cocaína, poco después de que la doctora Bean-Bayog interrumpiese la terapia que había comenzado en 1986.La familia de Lozano presentó después una demanda por mala práctica de la profesión con resultado de muerte. El colegio de médicos, por su parte, ha decidido intervenir para verificar las evidencias que cuestionan los métodos que empleaba en la terapia de Lozano y que sugieren que se vio involucrada sexualmente con el enfermo. Mientras tanto, ya hay en preparación dos películas y dos libros sobre el caso. Ahora, esta psiquiatra de Harvard ha puesto su licencia a disposición del colegio de Médicos de Massachusetts, para evitar así una audicion pública para la que ya han reservado plaza cerca de 600 periodistas de todo el país.
El tema ha atrapado la atención de los medios de comunicación por la posibilidad de que la psiquiatra estuviera implicada sentimentalmente con su paciente y por la existencia de 3.000 páginas de sesiones médicas presentadas por el abogado de la familia Lozano, Andrew Mayer, en las que se incluyen fantasías sexuales escritas por la doctora Bean-Bayog.
Ella mantiene su inocencia y asegura que todo este "circo de los medios de comunicación" está siendo mantenido desde el colegio "sólo con propósitos políticos".
Ante la opción de someterse a la audición pública del próximo lunes -que además iba a ser televisada- o presentar la renuncia que la incapacitará para ejercer su profesión en Estados Unidos, la doctora ha elegido esta salida, si bien hace pocos días se negó a ello. "Requiere que confiese una actitud que yo nunca llevé", dijo entonces.
Las pruebas presentadas por el abogado de la familia Lozano incluyen fantasías sexuales de estilo sadomasoquista escritas a mano por la doctora, en las que alude a Lozano, y tarjetas que ella le entregó. "Tienes que leer estas tarjetas hasta que te las aprendas de memoria", dice en una de ellas. "Soy tu mamá, y tú me quieres y yo te quiero mucho, mucho", "Voy a echar de menos muchas cosas, como la cercanía, la necesidad y ese sexo fenomenal", eran otros de los contenidos. Bean-Bayog argumenta que forman parte de una terapia en la cual el psiquiatra adopta el papel de la madre para llegar a los posibles traumas de infancia de su paciente.
"Una cosa es que lleves a cabo una terapia de roles", argumenta Howard Zonana, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Yale, "y otra confundir a una persona cuya realidad ya está confundida de por sí". La acusada, que admite que sus métodos eran, "de alguna forma, poco convencionales", ha descrito a su paciente fallecido como un joven que sufrió abusos sexuales durante la infancia y que había tenido episodios de alcoholismo, con gran tendencia al suicidio. La familia Lozano ha negado todos estos puntos. Por el momento, y a pesar de su carta de renuncia, el colegio de médicos seguirá con la investigación por considerar que Bean-Bayog mantuvo "una conducta inapropiada y utilizó en su provecho las sesiones de terapia".
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