El Banco de España ha gastado alrededor de un billón para apoyar la peseta

EL PAÍS, La peseta, una de las divisas más fuertes del Sistema Monetario Europeo hace tan sólo tres semanas, consiguió aguantar ayer a duras penas la turbulencia de los mercados, pero no pudo evitar convertirse en la moneda más débil de este mecanismo de cambio. Y ello pese a que el Banco de España lleva diez días sosteniéndola y ha gastado en ese tiempo, según medios coincidentes, alrededor de un billón de pesetas de sus reservas exteriores para intentar evitar que la peseta se distancie todavía más del marco alemán.

Ayer, aunque la especulación se concentró más enérgicamente en el franco francés, la moneda española soportó una cierta presión y llegó a depreciarse hasta un 3,5% frente a su paridad central con el marco, al rozar las 71 pesetas antes del cierre. Con todo, al final aguantó y fijó un cambio medio de 70,44, frente a 70,14 la víspera. En su segundo día tras la devaluación del 5%, la divisa española se mantiene depreciada en torno a un 3% con respecto a su nuevo cambio central del 68,42, aunque todavía tiene un margen de caída hasta las 72,60, su límite.

El Banco de España habría dedicado cerca del 15% de sus siete billones de pesetas de reservas, según diversos medios informativos, a sostener en medio de la tempestad la moneda española, fundamentalmente comprando pesetas y vendiendo marcos. Sólo en un día, el martes pasado, el banco central gastó cerca de medio billón.

Anbche, en Nueva York, la peseta cerró frente al dólar a 106, cuando el jueves lo había hecho a 103,70.

Nuevo reajuste

En esta situación, el mercado español permanece a la espera. Hay muy poca gente operando. Todos están haciendo quinielas para el domingo y nadie se quiere arriesgar", comentaba ayer un analista de Finconsult.

También el mercado secundario de deuda se mantenía ayer indeciso. El interbancario, en cambio, volvía a presionar al alza los tipos de interés (hasta el 14,5%). Una nueva inyección de 699.790 millones de pesetas por parte del Banco de España, que se añadían a los 1,2 billones de la víspera, provocó un exceso de liquidez que presionó los tipos a un día a la baja.

El banco emisor retiró entonces 60.400 millones con la venta de certificados al 7%. Al final, los tipos quedaron en el 11%. En los préstamos a plazos superiores a una semana se han consolidado tipos del 14%.