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CRISIS EN LOS MERCADOS DE CAMBIO

El Reino Unido se aleja del SME e Italia considera inevitable una Europa a dos velocidades

En la víspera del referéndum francés sobre el Tratado de Maastricht, el futuro de la unión monetaria europea se desmorona. La caída de la libra, considerada humillante en el Reino Unido, ha radicalizado las posiciones de los británicos y de los italianos sobre el Sistema Monetario Europeo (SME), del que se salieron tras la tormenta monetaria del pasado miércoles negro. El ministro de Finanzas inglés, Norman Lamont, manifestó ayer que su país sólo volverá al sistema si Alemania rectifica su política económica. Por su parte, Franco Reviglio, ministro del Presupuesto italiano, arrojaba la toalla sobre el futuro de Europa y advertía que los países comunitarios no están preparados para la pretendida unión monetaria. A su juicio, las "dos velocidades" son un hecho evidente.

El canciller alemán Helmut Kohl intentó poner freno a este deterioro creciente de relaciones entre los mandatarios comunitarios al pedir, según informa Reuter, la convocatoria extraordinaria de una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la CE. Kohl, que ayer se encontraba en Florencia, donde se celebra una cumbre ¡talo-alemana, dijo que es "urgentemente necesaria" la celebración de una cumbre europea "independientemente de que triunfe el sí o el no en el referéndum francés sobre el Tratado de Maastricht". El canciller alemán, que reafirmó su plena confianza en el SME, señaló que el objetivo básico del encuentro sería devolver la tranquilidad a los mercados monetarios.

El primer ministro italiano, Giuliano Amato, apoyó inmediatamente la propuesta. Portugal, por su parte, se mantiene indeciso, mientras que Gran Bretaña ha señalado que hay que esperar primero el resultado del referéndum en Francia.

Durante la jornada de ayer arreciaron y se radicalizaron las críticas de distintas autoridades y políticos británicos contra Alemania, la política económica de su banco central, el Bundesbank, y el proyecto europeo. El ministro británico de Finanzas, Norman Lamont, manifestó que el banco central alemán es el responsable de causar "muchas tensiones dentro del mecanismo de cambios". Kohl replicó a estas acusaciones diciendo que "no son propias de un ministro".

Adiós británico al SME

Además de las declaraciones de los dirigentes políticos, en el caso del Reino Unido son los propios hechos los que confirman el adiós que los británicos están dando al SME. La subida de la Bolsa de Londres de ayer (83,10 puntos) se interpreta como un anticipo de una nueva bajada de los tipos de interés, lo que confirma el creciente distanciamiento de la libra del SME y su aproximación al área de Estados Unidos.

Las duras críticas al funcionamiento del sistema por parte de los británicos ponen al descubierto que las heridas causadas al SME por la tormenta de especulaciones monetarias, que han dejado prácticamente sin reservas. líquidas a los bancos centrales de Gran Bretaña e Italia, han sido mucho más profundas de lo previsto. Además de la pérdida de reservas, ambos países habían pedido préstamos -16.000 millones de ecus por parte de Gran Bretaña y 14.000 millones de marcos por Italia-, por lo que sólo el efecto de la devaluación posterior de sus monedas les ha supuesto pérdidas de unos 200.000 millones de pesetas paraGran Bretaña y 90.000 millones para Italia.

Durante la jornada de ayer, los ataques de los especuladores se dirigieron preferentemente contra el franco. En algún momento, la situación llegó a ser tan angustiosa que se cerraron las ventanillas del Banco de Francia. Después de fuertes intervenciones de las autoridades, el franco recuperó su posición y superó con éxito todas las maniobras de los especuladores. La situación de la divisa francesa parece sólida. El propio vicepresidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, declaró que en caso de un reajuste, "el franco sería, un candidato a la revaluación".

La peseta volvió a caer en los mercados de Madrid, y se configuró como la divisa más débil de todo el sistema tras llegar a situarse un 3,49% por debajo de su cambio central. No obstante, el fixing de ayer fue de 70,44 pesetas por marco, sólo algo inferior al de la jornada anterior (70,14).

La tormenta continuó causando tensiones en Portugal, aunque el escudo superó las dificultades. En el euromercado al día, los tipos de interés llegaron al 200%. En Grecia, las autoridades se debatían entre devaluar o mantener las paridades. El temor a los efectos perversos de una devaluación ha aplazado la decisión, si bien el Gobierno aumentó el tipo de descuento al 34%. en Londres, la libra esterlina registró una ligera subida al final de la sesión y cerró a 2,61 marcos, frente a los 2,77 de la jornada anterior. Pero casi todos los analistas coincidían en opinar que la libra no reingresará en el mecanismo de cambios hasta bien entrado el año próximo, como pronto, en el caso de que el SME exista para entonces.

Humillación nacional

El conjunto de la clase política británica ha sentido como una humillación nacional el hundimiento de la libra, y el primer ministro, John Major, podría aprovechar esa marea de descontento para imprimir un giro a su estrategia respecto al continente. Downing Street ha insistido, desde la devaluación, en que Major y Lamont mantienen el compromiso antiinflacionario como centro de su programa.

En Italia, la Bolsa de Milán ganó 18 puntos y el mercado secundario de deuda pública se recuperó al alza, mientras la lira parecía ganar terreno en el mercado libre frente al marco y al dólar. El Gobierno italiano, que ha anunciado duras medidas de ajuste para 1993 -recortes en sanidad y servicios sociales- interpreta estos datos como una reacción favorable a su política. No obstante, algunos sectores como los sindicatos, han anunciado próximas movilizaciones contra las medidas de ajuste.

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