El PP arremete contra Gil-Robles y le llama "defensor del Gobierno"

El Grupo Popular del Congreso, por boca de su diputado Antonio Pillado, descalificó ayer de forma radical la actuación del Defensor del Pueblo, Álvaro Gil-Robles. El tono del diputado popular, extraordinariamente agrio hacia Gil-Robles, se movió entre lo despectivo -"el llamado defensor del pueblo"- y lo directamente acusador -"se ha convertido en defensor del Gobierno"-.

Gil-Robles compareció ante el pleno de la Cámara para dar cuenta del informe anual de su gestión durante el año 1991. Mientras el resto de los grupos parlamentarios de la oposición, y, por supuesto, el socialista, felicitaron al Defensor del Pueblo por su labor y dedicaron sus intervenciones a glosar las preocupaciones que le sugería el informe, el PP lanzó un ataque frontal a la actuación de Gil-Robles.

Pillado, en nombre de los populares, comenzó por asegurar que el informe del Defensor del Pueblo "es sustancialmente igual que el de 1990". El portavoz popular se preguntó: "¿El Defensor del Pueblo sirve realmente para algo?". "Sólo se atreve contra funcionarios de tercera", aseguró.

Pillado calificó de "diligente y equivocado" a Gil-Robles cuando incoó "actuaciones contra el alcalde de Madrid (...) Naturalmente porque el alcalde no es socialista, porque si lo fuese, en modo alguno se atrevería el defensor a hacer tal cosa".

En este mismo tono prosiguió el diputado popular desde la tribuna, afirmando que "el Defensor del Pueblo se queda muy lejos de cumplir con verdadera eficacia su obligación de defender los derechos del título I de la Constitución" y se extendió en reprocharle, de manera pormenorizada, que no accediese a presentar recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Seguridad Ciudadana, para apostillar que 1a postura del Defensor del Pueblo le ha dejado descalificado, sea cual sea la sentencia que recaiga sobre el terna".

Resistencia policial

José María Mohedano, en nombre de los socialistas, defendió la función del Defensor del Pueblo que, en su informe a la Cámara, destacó, por encima de otras consideraciones, la resistencia que sigue encontrando tanto en el Cuerpo Nacional de Policía como en las policías autónomas y en las municipales a informar sobre supuestos de malos tratos a detenidos.

En sentido contrario, Gil-Robles subrayó con mucho énfasis las facilidades que los ejércitos han venido prestando a su labor y como nuevo contrapunto a su trabajo, puso de manifiesto que siguen ocupando primerísimo lugar las quejas de los ciudadanos por la lentitud de la justicia y sigue sin resolverse la posible responsabilidad de los jueces, problema ante el que, una y otra vez, dijo, se estrellan los intentos del Defensor del Pueblo. Gil-Robles llegó a sugerir que se equiparase a los jueces, en este terreno, al resto de los funcionarios del Estado.