Las alegrías del 'delfín'

El secretario general del Partido Popular (PP) gallego, Xosé Cuiña, dejó en 1989 la Diputación Provincial de Pontevedra con una carga financiera de casi 2.000 millones de pesetas, el doble de la que soportaba la institución tres años antes, cuando asumió su presidencia. Cuiña no vaciló en recurrir al endeudamiento para financiar un espectacular incremento del presupuesto de la Diputación (un 38,13%) en 1989, año de las elecciones autonómicas gallegas. El Bloque Nacionalista Galego, (BNG),ha denunciado al delfín de Manuel Fraga y a su sucesor en la Diputación, César Mera, por desviar 971 millones en ese ejercicio y en el de 1990 para financiar campañas electorales del PP.

El PSOE y el BNG sostienen desde hace tiempo que Cuiña dejó la Diputación de Pontevedra "en bancarrota" a finales de 1989, cuando el presidente gallego, Manuel Fraga, le nombró consejero de Obras Públicas de la Xunta, cargo al que Cuiña sumaría pocos meses después el de secretario general del PP gallego. Socialistas y nacionalistas basan su afirmación en las enormes dificultades financieras a las que ha tenido que hacer frente César Mera, designado por Cuiña para sucederle en la institución provincial, previa consulta con el grupo del PP de Pontevedra, que él fundó y que se autodenomina sindicato de alcaldes.De hecho, el PSOE ya pidió hace meses que se encargase una auditoría de las cuentas e la Diputación. Pero el PP rechazó la propuesta, al igual que se opuso a crear la comisión de investigación que solicitó el Bloque. Ante esta negativa, los nacionalistas denunciaron a Mera y a Cuiña en el juzgado por presunta malversación de fondos, falsedad de documentos públicos y prevaricación. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia acaba de nombrar un juez instructor para que investigue esta denuncia.

Al margen de las actuaciones judiciales, el secretario de Política Institucional del PSOE gallego, Miguel Cortizo, acusa a Cuiña de despilfarro por haber incrementado en un 38% los presupuestos de la Diputación en sus tres años de mandato. En el mismo periodo, los presupuestos de las otras tres diputaciones gallegas crecieron en conjunto sólo el 24%.

Más de 13.000 millones

El salto presupuestario lo ensayó Cuiña en 1989. La Diputación de Pontevedra dispuso ese año de unos fondos de 13.258 millones de pesetas, un 38,13% más que los 9.598 millones del ejercicio anterior. La tendencia se mantuvo en 1990, con un presupuesto heredado por Mera de Cuiña, que aumentó a su vez en un 25%.El PSOE y el BNG aseguran que este espectacular incremento del gasto está directamente relacionado con la celebración de las, elecciones autonómicas gallegas en diciembre de 1989 y de los comicios municipales en mayo de 1990. El Bloque estima en su denuncia judicial que Cuiña y Mera "desviaron" 971 millones para financiar las campañas del Partido Popular y apoyarlas con acciones electoralistas.

El diputado provincial nacionalista Cesáreo Mosquera afirma haber constatado documentalmente cómo en 1989 y 1990 se cambió el destino de numerosas partidas presupuestarias sin solicitar autorización previa. Un informe del interventor, utilizado por el BNG para su denuncia, certifica que en 1989 la Diputación adjudicó obras por más de 180 millones de pesetas sin convocar concurso público, pese a que cada uno de los contratos superaba los 10 millones, límite hasta el cual la ley autoriza las adjudicaciones directas. Según Mosquera, otro informe del interventor oficial certifica que se falsificaron facturas. Xosé Cuiña y su abogado han admitido que pudieron cometerse irregularidades administrativas en la Diputación, pero culpan de ellas a los funcionarios.

El socialista Miguel Cortizo también indica que en 1989 Cuiña dispuso de 3.000 millones de pesetas "para gastar a su libre disposición". Cortizo añade que el fuerte incremento presupuestario no se destinó a inversiones productivas, sino "al reparto clientelar de cheques y subvenciones".

La Diputación de Pontevedra ha vivido los dos últimos años entre fuertes estrecheces económicas y se ha encontrado incluso con problemas para pagar las nóminas de sus funcionarios. El capítulo de gastos de personal se ha doblado desde 1986, una evolución que Cortizo achaca al "nepotismo de Cuiña en las contrataciones".

"Profiláctico"

Los sucesivos incrementos presupuestarios se financiaron recurriendo al endeudamiento. El resultado fue que en 1990 la Diputación de Pontevedra soportaba unas cargas financieras de 1.989 millones, frente a los 957 millones que tenía cuatro anos antes.[El líder del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Xosé Manuel Beiras, asegura que su partido denunció a Cuiña con un simple fin "profiláctico, ni político-electoral ni partidista", según declara en una entrevista difundida ayer por la agencia Europa Press. Beiras agrega que la denuncia se interpuso tras descubrirse, durante el trabajo del BNG en la Diputación de Pontevedra, "una base documental sólida". "Si hubiéramos querido hacer una operación propagandística", indica Beiras, "habríamos esperado a denunciar a Cuiña a un mes de las elecciones. Así se habría montado el escándalo y no habría dado tiempo, como ahora, a que el Tribunal Superior sobresea el caso o siga adelante con el proceso"].