Pellón y Cassinello recuerdan que la Exposición Universal de Sevilla "no se hizo para ganar dinero"

La Expo 92 de Sevilla superó el pasado fin de semana la barrera de los 30 millones de visitas a menos de un mes de su clausura. De seguir este ritmo, alcanzará su meta de 36 millones. Los organizadores aseguran que la Expo se cerrará sin déficit y que para ello es imprescindible que la liquidación de la sociedad se realice rápidamente. Hasta el momento, hay vendidos activos por valor de 20.000 millones de pesetas y se negocian otros por 13.000 millones. No obstante, ahora que el éxito de la muestra se mide casi exclusivamente por criterios económicos, el presidente de la Sociedad Estatal, Jacinto Pellón, recuerda que la Expo "no se hizo para ganar dinero", en lo que coincide plenamente el comisario general, Emilio Cassinello.

El comisario critica la pasión imparable por la cuantificación: "El éxito de la Expo no sólo está en función de una contabilidad". En lo que va de mes de septiembre, la muestra ha batido por tres veces el récord de visitantes en una jornada: el día 5 se alcanzaron los 386.124; una jornada después, se contabilizaron 398.054; y el pasado sábado se lograron 468.688. "Hemos hecho lo más difícil: que entren más de 400.000 personas y, lo que es más prodigioso, que salgan", precisa el comisario.Quien haya dejado para septiembre su recorrido por el recinto de La Cartuja puede encontrarse con colas de hasta siete horas en el pabellón de Canadá, de cinco en el de la Navegación y, además, habrá de madrugar para conseguir un boleto que le permita franquear las puertas de los pabellones de España, Fujitsu, Mónaco y el Cine Espacial.

Recomendación

Hasta los minusválidos encuentran dificultades para conseguir una silla de ruedas en el pabellón de la ONCE (hasta mañana, martes, no hay ninguna disponible) y las visitas Vips es imposible contratarlas sin una recomendación.

Los datos internos que manejan los organizadores apuntan a que la cifra de visitantes se disparará hasta el medio millón el último fin de semana de septiembre.

A Jacinto Pellón, al contrario de lo que se pudiera pensar, le gustaría que estas avalanchas no se repitieran: "En mi balance personal como gestor prefiero que haya más confort en el recinto y menos visitas; que se midiera no sólo el número de gente que entra, sino la eficacia de la gestión". La Expo reforzará sus servicios para afrontar el elevado número de visitantes, y, aunque en alguna reunión se ha planteado, no se limitará la entrada de público.

La llegada masiva de visitantes se ha producido cuando menos se esperaba. Las previsiones, también en esta ocasión, han faIlado. La cifra media diaria estimada para septiembre era de 182.000 visitas, aunque también es cierto que en julio se preveía alcanzar los nueve millones y no se pasó de cinco.

Los cálculos de visitantes de la Sociedad Estatal -realizados a partir de cuatro informes distintos- han causado no pocos conflictos. Concesionarios que creyeron en la infabilidad de esas cifras sobredimensionaron sus negocios y tendrán pérdidas, aunque los afectados no llegarán al 10% de 120 empresas. Y la propia Expo, como socio del Centro Oficial de Reservas de Alojamientos (Coral), fijó precios hoteleros desorbitados pensando infalibles sus cómputos.

Pellón reconoce como un error no tanto las previsiones en sí, como haberlas tomado por irrefutables y haberse transmitido una imagen de crisis económica del certamen. "Trataremos de que la Expo no tenga déficit, pero no la hemos hecho para que no lo tenga", asegura.