Cinco presos peligrosos se amotinan en Zaragoza con cuatro rehenes
Cinco peligrosos reclusos de la cárcel de máxima seguridad de Daroca (Zaragoza) mantenían anoche como rehenes a cuatro funcionarios en demanda de "dignidad para todos" en las cárceles, según los amotinados. La revuelta persistía al cierre de esta edición, mientras fuerzas de la Guardia Civil rodeaban el centro para una posible entrada al asalto. Según fuentes que cita la agencia Efe, los reclusos habían logrado capturar anoche a dos cargos de Instituciones Penitenciarias que habían acudido al centro para negociar.
Las citadas fuentes señalaron que el juez de Vigilancia Penitenciaria de Aragón, Luis Pérez Román, y el subdirector general de gestión penitenciaria habían sido secuestrados y que, incluso, el juez había sido herido.El amotinamiento se inició poco antes de las tres de la tarde después de la comida de los reclusos., Entonces el cabecilla de la revuelta, Joaquín Zamoro Durán, puso un pincho carcelario en el cuello de un funcionario y le arrebató las llaves. Este recluso, de 32 años, casado y con un amplio historial delictivo, ha sido condenado a 44 años por robo con intimidación. Ha protagonizado otros motines en otras cárceles desde que en 1979 ingresó en prisión.
Otros cuatro reclusos, todos de segundo grado y considerados como peligrosos, secundaron la acción. Se trata de José Romero González, condenado a 26 años; Eduardo Camacho Chacón, condenado a 33 años; Enrique Velasco Álvarez, con una condena de 29; y José Manuel González Hernández, que cumple 13 años.
Traslado a, otras cárceles
Los amotinados reivindicaron mejores condiciones de vida en el centro o ser trasladados a otras prisiones,, según, los inspectores con los que negociaron. Los reclusos gritaron desde las ventanas enrrejadas de la cárcel que su intención no era fugarse. "Sólo queremos más dignidad para todos en las cárceles", declaró uno de ellos.
Alrededor de las 19.30, un helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía aterrizó en el centro con responsables de Instituciones Penitenciarias llegados desde Madrid en un intento de solucionar el conflicto. Al mismo tiempo fueron llegando a la prisión unidades especiales de la Guardia Civil de Zaragoza y Guadalajara por si fuese necesaria su intervención para liberar a los funcionarios. Las medidas de seguridad tanto dentro de la cárcel, que cuenta con una población reclusa de 646 internos, como en las inmediaciones, fueron en aumento a medida que pasaban las horas del motín. El resto de la población reclusa de Daroca permanecía en calma, según fuentes del citado centro.
Asimismo, en la tarde-noche se vivieron momentos de gran tensión y preocupación por la suerte que pudieran correr los rehenes. Vecinos de Daroca, lo calidad de la que dista la cárcel, apenas unos kilómetros, y de otros pueblos vecinos se interesaron por lo ocurrido acercándose a la entrada de la prisión y no ocultaban su preocupación. Los negociadores indicaron que no se iba a permitir, en ningún caso, la fuga de los amotina dos, cuestión que, por otra parte, no estaba entre sus reivindicaciones, como ocurriera en noviembre del año pasado en la cárcel de Huesca, cuando varios presos se escaparon en un coche oficial tras coger como rehenes a varios funcionarios. Dicha fuga le costó el cargo al director de la prisión.
La cárcel de Daroca, construida hace u nos 10 años, está considerada como de máxima seguridad. Su actual director, Gabriel Pérez, lleva apenas siete días en el cargo. Hace unas fechas un recluso de dicho centro se fugó escondido en un camión con cajas de madera que fabrican los propios internos. En 1990 la cárcel sufrió un motín masivo en el que los presos causaron daños por más de 25 millones de pesetas.
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