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La Mafia, un problema europeo

La detención del número dos de la Mafia es un éxito policial. Sin embargo, el autor del artículo sostiene que para que la lucha sea efectiva hay que entender que la Cosa Nostra no es un problema que compete sólo a Italia. Es un asunto internacional.

En Sicilia hay una guerra, pero es una guerra europea. La isla con forma de corazón alberga a la Mafia, pero también a la Cosa Nostra. La Mafia y la Cosa Nostra, como en un relato de Luigi Pirandello, son y no son la misma cosa. Son una caja dentro de otra caja, con poderes y competencias diversas. La Mafia es una organización basada en una tradición. La Cosa Nostra es la caja más grande que contiene a la más pequeña, y precisamente por esta razón extiende su influencia mucho más allá de Sicilia, desde Colombia hasta la propia Alemania y casi todos los países de Europa del Este. En esta área establece alianzas y organiza asociaciones cuyos socios o contratantes pueden ser incluso bancos, Gobiernos, partidos, guerrilleros, otras mafias, etcétera. Si no se ha entendido esto, resulta difícil no sólo comprender lo que está sucediendo hoy sino también prever lo que puede pasar en el futuro.

La Mafia dispone, además de los 6.000 soldados (según un cálculo del Ministerio del Interior) armados y dispuestos a todo, de un número no, determinado de colaboradores en el medio rural y, sobre todo, en las ciudades. En el campo la Mafia busca lugares seguros donde esconder a sus miembros perseguidos por la policía. En las ciudades no hay, en la práctica, plazas, encrucijadas o mercados en los que la Mafia no pueda contar con la cooperación de pequeños revendedores. Los mercachifies de cigarrillos, pañuelos de mano, frutas, verduras cocidas y crudas, etcétera, se extienden en un área tan extensa como el propio espacio urbano. Se trata de personas que deben todo a la Mafia, desde la disponibilidad del puesto de venta hasta las mercancías. Muchas veces reciben su mercadería gratis o a precios irrisorios; para pagarla bastan informaciones., señales y vigilancia.

La lucidez de Sciascia

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El primer documento que, con la lucidez propia de su autor, analizó la mutación fenomenológica de la Mafia en Cosa Nostra es un artículo que se encuentra actualmente reproducido en el libro de Leonardo Sciascia A futura memoria. En él, Sciascia sostiene que hay algo fundamental que ni siquiera el generai Della Chiesa llegó a comprender: "La transformación de la Mafia en multinacional del crimen, en cierto sentido homologable al terrorismo, y ya sin regla alguna de convivencia o connivencia con el poder estatal ni con las costumbres, la tradición o el modo de ser de los sicilianos". Ahora, casi diez años después sabemos que la Mafia es solamente una sección aislada, con todas sus características históricas y sociológicas, del imperio criminal de la Cosa Nostra. Pero, sabemos, además, que no tiene necesidad, como tampoco la tenía la Mafia, de convivencia o connivencia alguna con los políticos. Ha decidido constituir su propio poder, incluso su propio poder político. De esta forma se entiende que un hombre, Salvo Lima, jefe de los jefes democristianos y representante del honorable Andreotti en Sicilia, pueda ser asesinado delante de su casa, como un perro; tampoco Lima había comprendido que la Cosa Nostra no está dispuesta pactar.

Por idéntica pero a la vez opuesta razón, cayeron los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Éstos habían estudiado el salto cualitativo que se había verificado en el seno del crimen organizado: habían reconstruido el mecanismo de dependencia entre la cúpula de la Cosa Nostra y la Mafia; habían individualizado a los jefes de la organización y analizado las características de sus operaciones, incluidas las internacionales. Por ello están muertos; pagaron con la vida su inteligencia y su fidelidad al Estado. Indro Montanelli, el más importante periodista italiano, ha escrito en Il Giornale: "Éstos son los hechos: en el momento en que Falcone encuentra y ligue una buena pista, salta bajo una bomba; en el momento en que Borsellino retoma dicha pista, salta bajo una, bomba; en el momento en que Amato [presidente del Consejo] golpea en Pianosa a la nomenklatura de la Cosa Nostra, su Gobierno salta bajo una bomba". O mejor dicho, alguien trata de hacerlo saltar.

Dicho esto, volvamos a la guerra europea que se desarrolla en Sicilia. La trama es muy simple: Italia, ese defectuoso país llamado República Italiana, es, todavía y pese a todo, un país de gran potencialidad económica e industrial, un país que está tratando de desempeñar su propio papel en la Europa del ex sociallismo real. No es un misterio para nadie que la Fiat, las industrias de la llamada corriente automovilística y un centenar de otras empresas diversas, incluidas entre ellas algunas sicilianas, se están moviendo, aunque aún de forma bastante pesada, en Rusia, en Polonia, en Ucrania y en todos los otros países de Europa centro-oriental.

No será difícil para nadie entender de qué modo y hasta qué punto todas las fuerzas dispuestas a participar en el aniquilamiento de la frágil estructura institucional italiana pueden gozar del apoyo, del sostén y, en todo caso, de la complicidad de quienes, sea a través de la industria privada o del Estado, están participando en la reconquista de sus antiguas áreas de influencia en Croacia, en Bulgaria, en Letonia, en Estonia, etcétera.

En el norte de Italia, mientras tanto, donde el 54% de la pequeña y mediana industria es de capital germano-bávaro, la Liga Lombarda goza de suculentas ayudas financieras, jamás desmentidas, de origen germano-federal. Recorriendo este camino se puede entender por qué el juez Borsellino viajó varias veces a Alemania, y sobre todo por qué se le hizo saltar por los aires con la misma técnica que se utilizó para asesinar al presidente del Deutsche Bank. Es como decir que cualquiera que intente indagar y oponerse al reciclaje político del dinero sucio de los comerciantes de la muerte caerá bajo el fuego si no de la misma mano, de manos bien cercanas.

Es verdad, y en esto no caben equívocos, que la Mafia nació en Sicilia; pero ha caminado mucho. Y continúa avanzando por medio dé alianzas inéditas y en muchos casos insospechables.

Pietro A. Buttitta es periodista y escritor siciliano.Traducción: L. R. Maiztegui Casas.

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