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El primer recuento de votos en el referéndum marroquí ofrece el 99,97% de 'síes'

Cierto olor a pucherazo flotaba ayer en el ambiente de Marruecos a medida que se hacían públicos los primeros resultados del referéndum que se celebró en todo el país con el fin de modificar y liberalizar parcialmente determinados aspectos de la Constitución de 1972. Según el Ministerio del Interior, con el 50% de los votos escrutados, el porcentaje de síes era del 99,97% y el índice de votantes se elevaba al 97,3%, siendo especialmente elevado en el Sáhara occidental. Estos datos significan un fracaso de la política de abstención y de boicoteo propugnada por la mayoría de los partidos democráticos de la oposición.

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Una primera interpretación de la altísima participación anunciada por las autoridades de Rabat ofrece el alucinante dato de que la oposición sólo representa un 2,72% de los marroquíes, habida cuenta de que sólo este porcentaje se abstuvo en la consulta.El record de participación en el Sáhara Occidental fue adelantado ayer al mediodía por un portavoz del Ministerio del Interior, quien aseguró que el índice de votantes había superado la barrera del 45%, cuando habían transcurrido sólo dos horas des de la apertura de los colegios electorales y faltaban aún otras diez horas para su cierre. En este mismo período de tiempo en el resto del país se había alcanzado el 22% de participación electoral.

El índice de participación en Marruecos, y en especial de del Sáhara Occidental, no ha sorprendido a los observadores entre otras razones por el carácter disciplinado de sus habitantes, acostumbrados a seguir con firmeza las consignas de sus gobernantes y sobre todo las del rey Hassan II, quien la noche anterior dirigió una alocución al país reclamando el voto afirmativo y criticando indirectamente a los partidos democráticos de la oposición que reivindican la abstención o el boicoteo, pero en ningún caso un voto negativo.

Con la alocución del monarca se puso fin a una campana refrendaria monocolor en la que se celebraron 651 actos, organizados por los partidarios del sí y que gozaron de gran repercusión en los medios de prensa, radio y televisión oficiales. Los partidos de la oposición apenas han podido explicar públicamente las razones de su abstención y de su boicoteo, debido a las trabas de la Administración, que ha arrancado pancartas de protesta e impedido actos populares.

Todas estas circunstancias permiten augurar que en el escrutinio se pondrá de manifiesto una participación importante, como ha sucedido en las otras cinco consultas celebradas en Marruecos desde 1962 -cuatro constitucionales y la última para sancionar su fallida unión con Libia en 1984-. En cualquier caso difícilmente los partidos que propugnan la abstención podrán rivalidar el índice de abstención alcanzado en Marruecos en septiembre de 1984 y que logró el 32,57 %, el doble que en 1977 y superior al 27% de abstención de 1963.

Estos resultados permitirán al Gobierno interpretar el escrutinio como un plebiscito en favor de la Corona y de su política de marroquinidad del Sáhara Occidental.

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