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El debú de los paralímpicos españoles rememora el exito de los olímpicos

Robert Álvarez

El estadio de Montjuic fue de nuevo un tal lismán para el atletismo español. Todavía con la resaca de la elegante ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos, la invidente Purificación Ortiz, en su primer intento, batió el récord del mundo de longitud con un salto de 4,99 metros. Fue la primera medalla de oro para España. Un inmejorable presagio para unos juegos enlos que, sin figuras y con un inabarcable número de pruebas -211 finales tan sólo en -atletismo , el público adoptó una actitud didáctica y una curiosidad inagotable por conocer las instalaciones olímpicas.

Puri tiene 20 años. Es de Campo de Criptana (Ciudad Real) y ciega de nacimiento. Abierta, simpática, decidida. Se perdió la ceremonia de inauguración. Prefirió escuchar la retransmisión por radio para preservar toda su concentración en la prueba de salto de lontigud, una de las más madrugadoras ya que se iniciaba a las diez de la mañana. Era en la longitud donde había centrado su preparación, aunque también tiene posibilidades de medalla en los 100 y en los 200 metros lisos.Su primer salto rozó la perfección. Un prodigio de coordinación y de entendimiento con su entrenador, Eleuterio Antón, ex atleta y cuatro veces campeón de España de maratón. Puri se orienta con las manos para saber que su carrera es recta. Las palmadas de Eleuterio le advierten tres zancadas antes de la batida. "Otros atletas cuentan los pasos mentalmente, pero nosotros estamos tan compenetrados que preferimos este método", relata Ortiz. "Llega un momento en que me canizas los movimientos".

Rozar la proeza

La atleta española, que pronto empezará a estudiar Derecho, rozó otra proeza: convertirse en la primera del mundo que sobrepasa los cinco metros. En el salto con el que desposeyó a la alemana Kerstin Gaedicke del récord mundial de 4,95 metros, tuvo un viento en contra de 2,3 metros por segundo. "Pero lo peor ha sido que en mi segundo intento he hecho nulo por muy poco cuando calculo que debo de haber saltado cerca de 5,15 metros", se lamentó.

El inicio de las pruebas en siete de los 15 deportes de que constan los Juegos Paralímpicos estuvo repleto de reivindicaciones de todo tipo. La de Purificación fue sencilla: "Sería bueno que la gente se conciencara de que hacemos deporte, no rehabilitación. No hemos venido, a Barcelona a pasar unos días de vacaciones. Hemos seguido los mismos entrenamientos que la élite".

Los pequeños gestos reivindicativos ya empezaron en el desfile de la ceremonia inaugural. La delegación española evitó utilizar el anagrama del Comité Olímpico Español debido a la nula ayuda económica que recibe de este organismo. "En Seúl al menos nos facilitaron el uniforme. Es lo que hacen casi todas las delegaciones del resto de los países. Pero en esta ocasión no nos han apoyado ni tan siquiera de esta forma", denunció ayer uno de los entrenadores españoles de atletismo. Manuel Serra, integrante del equipo de voleibol, se mostró pesimista respecto al torneo en el que hoy debuta España contra Irán. "No hemos jugado ningún partido oficial de preparación .Tuvimos que ir a jugar un amistoso en Hungría pagando dinero de nuestro bolsillo. Temo que estos juegos sean una gran mentira". Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, contestó a Serra. "En los Paralímpicos hay algunos deportes en los que no hay todavía una gran diferencia entre la élite y la base y en los que el nivel no es muy alto. De ahí que no todos los deportes estén subvencionados de la misma forma". Por su parte, el atleta Juan Viedrna consiguió la medalla de plata en longitud, categoría de invidentes parciales, con un salto de 6,53 metros. María Espinosa logró el bronce en 1.500 metros B-I, guiada por el campeón olímpico de 20 kilómetros marcha, Daniel Plaza, y Susana Rodríguez en la n-úsma prueba, categoría B-2. Ja vier Conde estableció una nueva plusmarca en la semifinal de los 800 metros, en la categoría de amputados de un brazo, con un Im 57,85s.

En natación hubo una muy notable afluencia de público que dejó pequeñas las gradas de las piscinas Picornell.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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