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La nueva cárcel de Valdemoro duplicará con literas la capacidad de parte de sus celdas

Al inaugurarla, ayer, era una cárcel sin presos. En noviembre, parte de las celdas individuales tendrán ya literas. Entre Pinto y Valdemoro, el ministro de Justicia, Tomás de la Quadra, estrenó ayer la cárcel Madrid III, a 25 kilómetros de la capital. Pinto no la quiso y Valdemoro la aceptó, aunque queda más cerca del primer pueblo. Esta prisión y la recién inaugurada de Navalcarnero -donde tres presos de tercer grado se escaparon unas horas el pasado jueves- aliviarán el déficit de plazas penitenciarias. Junto con la de Soto del Real, deben sustituir a Carabanchel en 1994.

El nuevo centro penitenciario de Valdemoro tiene cabida para 980 internos, que comenzarán a llegar en octubre, pero ya está previsto duplicar la capacidad de buena parte de las celdas. El ministro reconoció que habrá que tomar esta medida en algunas cárceles hasta que se abran los 20 nuevos centros proyectados.En Vadelmoro, las celdas -de 8,85 metros cuadrados- albergan ahora una cama, un armario sin puertas y una mesa. Todo está adosado, como el lavabo y el inodoro, que quedan junto a la puerta metálica. Tiene tres cerrojos y un ventanuco que permite la visión completa del habitáculo. La ventana tiene reja de diseño.

El recinto carcelario, de 29 hectáreas, está situado a unos cinco kilómetros de la carretera de Andalucía. Consta de 15 módulos, de los que dos son de aislamiento. Son edificios blancos, con ventanas verdes y tejados rojos difícilmente alcanzables. La vigilancia se realiza desde una torre, con apoyo de patrullas móviles por la carretera interior que la rodea. Según el vídeo de presentación, sus sistemas de seguridad son "inaccesibles e inatacables".

A partir del 15 de octubre comenzarán a llegar los primeros reclusos, procedentes de Carabanchel -donde quedarán preferentemente internos extranjeros-. Valdemoro estará atendida por 476 trabajadores, plantilla que no se incrementará aunque aumente el número de presos. Dispone de talleres e instalaciones deportivas, sanitarias y culturales. Pero no estará ajena al hacinamiento: duplicará la capacidad de parte de sus celdas con literas, como la de Navalcarnero, recién inaugurada. Tres internos de esta última prisión, en régimen abierto, se escaparon el pasado jueves por la noche para acudir a unas fiestas próximas. Aunque regresaron posteriormente, tras forzar varias cerraduras, han sido castigados con el traslado a Carabanchel.

Tras visitar el centro de Valdemoro, el ministro insistió en que es inamovible la decisión de instalar otra cárcel -la última prevista en la región- en Soto del Real. Negó que se estuviera negociando con ese Ayuntamiento.

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