Mueren los 83 ocupantes del avión ruso que se estrelló en Ivánovo
Ochenta y tres personas perecieron como consecuencia de un accidente aéreo ocurrido el jueves por la noche cuando el avión se disponía a aterrizar en la ciudad de Ivánovo, a 318 kilómetros al norte de Moscú. El aparato venía del balneario de Minerálniye Vodi, en el Cáucaso, y había realizado una escala en la ciudad ucrania de Donetsk. Los restos del Túpolev TU-134 fueron encontrados en los suburbios de Ivánovo, capital de la provincia homónima, cerca de la aldea de Lebiazhi Lug. Ninguno de los 76 pasajeros, entre ellos cinco niños, ni de los siete tripulantes se salvó, según informó el Comité de Emergencias de Rusia.
El TU-134, un turborreactor que alcanza los 870 kilómetros por hora y tiene una autonomía de vuelo de 3.250 kilómetros, al mando del piloto de segunda categoría Vladímir Grúzdev, se estrelló contra tierra cuando ya estaba descendiendo, a sólo tres kilómetros de distancia de la pista de aterrizaje, desintegrándose por completo, dijo Borís Vorobiov, jefe del destacamento aéreo de Ivánovo.Según informaciones de la agencia Interfax, de acuerdo con datos preliminares, el accidente se debió a un fallo humano, pues la tripulación no cumplió las órdenes de la torre de control del aeropuerto. El Comité de Aeronavegación y la Federación de Sindicatos de Controladores (FSC) afirmaron a la citada agencia que el avión descendía violando el régimen de altura. El controlador de turno ordenó a la tripulación que interrumpiera el descenso y diera una segunda vuelta, pero los pilotos no respondieron y después de unos segundos el aparato se estrelló contra la tierra.
"Esta información es absurda", comentó Vladímir Konusenko, presidente de la FSC. El jefe del aeropuerto de Ivánovo, por su parte, dijo que aún es pronto para asegurar que la culpa haya sido de los pilotos, porque, según testigos presenciales, poco antes de que el avión se estrellara se oyó un fuerte chasquido. El piloto Vladímir Grúzdev tenía más de 30 años de experiencia.
Según otra versión, el aparato comenzó a deshacerse en el aire. Piotr Sizov, un hombre de 33 años de edad que presenció el accidente, dijo que vio el avión cuando aparecía tras el bosque colindante a una altura inusualmente baja. "Justo cuando el avión sobrevolaba nuestra pequeña propiedad, algunas piezas comenzaron a caer desde el cielo", aseguró Sizov.
Mal tiempo
El avión descendió en condiciones de mal tiempo: densa niebla y llovizna. Sin embargo, esto no impidió que otro aparato aterrizara sin problemas minutos más tarde.
La desintegración del avión causó daños menores en un bloque de apartamentos de dos plantas e hirió levemente a una de sus habitantes, Valentina Skorojódova, de 36 años, que fue trasladada al hospital. Ayer por la mañana Skorojódova ya había vuelto a su hogar.
La comisión investigadora encontró ayer una de las dos cajas negras del avión, pero no pudo comenzar a descifrar la cinta con las grabaciones que contiene debido a que la caja se encuentra muy deteriorada.
Éste es el accidente más grave que ha ocurrido a un avión de las líneas Aeroflot en los últimos ocho años. En octubre de 1988, un Túpolev TU-154 chocó en el aeropuerto de la ciudad siberiana de Omsk contra un depósito de combustible y estalló. En aquel accidente perecieron más de 100 personas.
La tragedia de Ivánovo es, al mismo tiempo, la primera desde que la Unión Soviética desapareció el año pasado, cosa sorprendente, según algunos comentaristas, si se tiene en cuenta la crisis por la que atraviesa la aerolínea rusa.
Después de la desintegración de la Unión Soviética, muchas de las nuevas repúblicas se han adueñado de los aviones de Aeroflot y han formado sus propias líneas aéreas locales, todas ellas en precaria situación económica. Además, la escasez de piezas de repuesto constituye un serio problema para la aviación rusa actual.
Antes de la perestroika, comenzada en 1985 por el entonces presidente de la hoy desaparecida URSS, Mijaíl Gorbachov, prácticamente no se informaba de los accidentes aéreos locales.
Por otra parte, un avión de las fuerzas aéreas salvadoreñas se estrelló en el norte de El Salvador causando la muerte de 12 de las 14 personas a bordo. El siniestro tuvo lugar cuando los miembros de la tripulación se preparaban para efectuar una exhibición de paracaidismo ante la población, según informaron fuentes militares en San Salvador.
En la selva amazónica de Perú también se produjo otro accidente aéreo. Un hidroavión de las fuerzas aéreas peruanas con al menos 22 personas a bordo desapareció ayer cuando volaba entre las localidades de Iquitos y El Estrecho, según fuentes militares en Lima. Las mismas fuentes indicaron que ya se habían puesto en marcha las operaciones de búsqueda.
En medios no oficiales se indica que en el avión -que comunicó estar en situación de emergencia dos horas después de haber despegado de El Estrecho-, viajaban, además de los miembros de la tripulación, 11 policías y ocho civiles.
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