Un mecanismo de cambios bajo presión
El mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME) es un acuerdo entre los bancos centrales de los países de la Comunidad Europea -excepto Grecia- por el que se limitan las fluctuaciones de sus monedas correspondientes. Para ello, se fijan tipos de cambio centrales entre las distintas monedas, así como la posibilidad de fluctuar en una banda que, en el caso de la peseta, la lira, la libra y el escudo es del 6%. El resto de divisas sólo pueden variar un 2,25%.El SME, que se creó en 1979, ha vivido estos días las mayores tensiones en sus 13 años de vida. El acuerdo prevé que, en el caso de que dos monedas alcancen su límite bilateral máximo, los bancos centrales de sus países intervengan en el mercado (vendiendo o comprando las divisas correspondientes) para evitar que éstas se salgan de la banda que tienen asignada.
Eso es precisamente lo que ha sucedido varias veces esta semana. Y no sólo entre dos monedas -la debilidad de la libra, que está en la parte baja de la escala, amenazaba a la peseta, que está en la parte alta- sino entre varias a la vez. La fortaleza del marco, convertido en moneda-refugio para los inversores internacionales ante la debilidad del dólar, ha acorralado al resto de divisas europeas contra sus límites respectivos. La libra, la lira, la peseta, y el franco han sido las más afectadas.
Marcos contra dólares
La reacción de los bancos centrales europeos ha sido mediante tercero interpuesto. La compra masiva de dólares por marcos por parte de las autoridades monetarias buscaba no sólo mantener la divisa estadounidense sino también aliviar la presión que el potente marco alemán ejercía sobre todo el SME. En casos muy delicados, como la libra, el Banco de Inglaterra ha tenido que comprar directamente su divisa contra marcos para evitar salirse del Sistema.. Tan sólo en un día -el jueves pasado- el banco central británico se gastó 1.000 millones de libras (unos 180.000 millones de pesetas) en sostener su divisa frente al marco.
Frente a este tipo de intervención, el SME ofrece dos alternativas más contundentes. Un reajuste de los tipos centrales entre dos monedas o un reajuste generalizado de los tipos de cambio que afecte a todas las divisas del SME. Ninguna de estas opciones parece tener posibilidades, por lo menos hasta después del 20 de septiembre, fecha del referéndum francés sobre el Tratado de Maastricht.
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